El club de la pelea


Por Futbolero Mayor
No hay nada peor. Las crisis a contratiempo generan ansiedad y a veces se pierde la paciencia llegando a ribetes peligrosos. Ese es el aire que se respira en el entorno de Deportes Concepción. Intranquilidad, congoja, zozobra y desconsuelo. Y les está pasando la cuenta.
Concuerdo con El Fanatinche en que esta crisis se pudo evitar. Es cosa de ver las declaraciones de Carlos Soto hoy, que menciona como detonante de la negativa de anoche a una desacertada intervención de César Suárez, justo cuando había que bajar el tono y encontrar acuerdos. Soto habló de esperar por una disculpa. Tenía razón nuestro columnista parece. Este es un gallito de egos personales. Una rencilla que está alcanzando niveles demasiado peripatéticos.
También concuerdo en que Concepción pudo haberse zafado antes de la crisis. Cuando se derrochó el patrimonio del club y principalmente ahora, cuando se armó una tormenta de un vaso de agua. Si en el seno del club penquista había certeza de recoger capitales necesarios para cerrar una negociación debieron callar la boca y no generar vocablo de enfrentamiento en su trinchera.
Tengo tanta certeza como esperanza en que esta novela llegará a su fin como acostumbran las teleseries chilenas, o sea, con un remate feliz para todos. Aunque en realidad aquí se resquebrajaron confianzas y se formaron dos bandos que en alguna otra ocasión van a tener que encontrarse. Lamentablemente, ambos batallones están liderados por futbolistas, los mismos que se quejaban del mal nivel de competencia y que en vez de jugar se dedican a vociferar fuera de la cancha.
No puede ser más ridículo el rumor que menciona la creación de un brazo opositor al Sindicato de Futbolistas Profesionales que manejan Soto, Muñoz y Pastén. La sola idea me parece risible más cuando se quiere usar la geografía como justificación y delimitacion. Para convocar a un grupo contrario a la mesa del SIFUP hay que buscar conciencias y no certificados de residencia. Así se maneja la verdadera política. Lo demás es "manotazo de ahogado", medida de presión absurda.
Uno escucha tanta tontera por estos días que inclusive llegamos a ver posible que un grupo de hinchas se amarre a alguna estatua y comience su huelga líquida para someter presiones inadecuadas. Sería mucho más simple con que, así como en Deportes Concepción prepararon poleras y conferencia de prensa para hacerle frente a Carlos Soto, ahora hagan lo mismo. Pero bajándole el perfil a la discusión, declarando a la ciudadanía el único interés de salvar el club y dejar las luchas individuales de lado. Bajando la cabeza y atenuando los decibeles. Hasta ahora, a Quilín sólo llegan noticias de violenta resistencia contra el organismo de los futbolistas desde el sur, el mismo órgano que apoyó a Cristián Montecinos y se movilizó cuando este fue castigado por declarar abiertamente sus diferencias con la ANFP. Los únicos que fallaron a la convocatoria fueron "los vecinos". ¿Y quieren movilizar a los de acá?. Por esas paradojas, ahora dependen del mismísimo Consejo de Presidentes para recibir el salvavidas necesario. A esos que criticaron sin reparo a fines del año pasado. Para hablar fuerte y comer pescado hay que tener mucho cuidado dicen.
Todos los principales entes del fútbol rentado están en contra de la bajada de cortina lila por un año. A nadie le conviene. Ni siquiera al SIFUP o a la ANFP que tendrán más cesantes en su gremio y menos partidos para solventar el negocio respectivamente. Es el momento de los paños fríos, de buscar el entendimiento, de pensar en el objetivo principal que es salvar a Deportes Concepción. Los que están dando la pelea algún día tendrán que irse. La institución permanecerá. ¿Pero dónde? Depende de ustedes.