viernes, junio 27, 2008

Deportes "Suspensión"





Por Betinho Batista (Luis Alberto Torres)


Les bajaron la cortina y todavía hay gente que se extraña. O peor aún, que reclama la situación como injusta. Como si fuera la primera vez que un club que se denomina grande (y que si hiciera las cosas como se deben quizás lo sería) tiene que ver como lo suspenden por sus turbias y desastrozas maneras de manejarse en el profesionalismo.
"No es bueno echar en el saco a todas las manzanas porque las podridas echan a perder al resto" decía un redactor de este sitio. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Lo malo es que en Deportes Concepción hace mucho tiempo que esas manzanas podridas son las que uno puede ver en la primera fila, apenas se abre el saco.
Es absolutamente ridículo que un club que viene recién saliendo del saneamiento piadoso del organismo rector del fútbol (convengamos en que este club era un desastre y se le permitió regresar a la primera división por la desorganización y poca dureza de la ANFP) tenga la patudez de reinsertarse "a lo grande" como si la lección de pequeñez no les hubiese agotado el ego de gigantelocuencia.
Primero, en una movida digna de guaguas de pecho, se venden a una organización de papel que jamás mostró indicios palpables de compromiso serio y tangible. Los contratos se ven en los papeles y en el discurso con bases visibles. La Sociedad León de Collao era un espejismo que nadie quizo ver y los mismos que pelearon con armas nobles por reinsertar al club luego de farrearse un perdonazo por división de camarín, referentes ignorantes y luchas risibles con el sindicato de futbolistas hoy le venden el club a un grupo de negociantes que al primer indicio de duda dejaron una institución en el suelo, sin piso en el que afirmarse.
Esos, los que se lavan las manos hoy y lloran como magdalenas en la tv por contratos no cumplidos y abogan porque los recursos de apelación resulten y el club siga vivo son los mismos que dañaron a un club decente, con personas que sí trabajan allí por amor a la divisa morada, esos funcionarios que reciben 150 mil poesos y no llegan en portentosos autos a Nonguén exigiendo prepotentemente que se les pague cuando su aporte al fútbol chileno está marcado por las palabras sin hechos detrás.
Esos dirigentes, jugadores voceros con comprobables antecendetes o nuevos inversionistas con dudoso patrimonio son todos responsables de que una hinchada potente y fiel vea como año a año su camiseta sea basureada y burlada por los demás equipos. La sensación que existe en cualquier otro estamento del fútbol chileno es de rabia y pena por Deportes Concepción. Rabia porque es un virus que está echando a perder la competencia, que arroja sólo números en contra y que apenas surge una medida cautelar contra su improvisación de años se hace ver como víctima de una persecusión que nadie tiene interés siquiera de iniciar.
No era necesario volver a la competencia con un entrenador tan caro como irrespetuoso, que se mide costoso cuando sus números no lo indican y que a la primera de cambio hizo la de Poncio Pilato y se fue con un pagaré millonario, el mismo que hoy muestra su irrespeto hacia la actividad por sobre él mismo al entrar en controversia con un futbolista como José Luis Sierra, apelando a su coprolalia púbica cuando conviene ser cauteloso y austero. Garcés no tiene culpa en el lío actual de Concepción pero sí lo tuvo al comprimir un camarín y al incentivar a jugadores a embarcarse en un proyecto soñador y poco terrenal.
De su plantel, rescatar sólo a los que se fueron que son los únicos responsables del buen nivel que mostró un equipo quebrado jugando como otro más en el torneo. Gazalle, Cortés y los extranjeros que potenciaron al lila por algo están hoy en otros planteles. Son jugadores de nivel que pese al barro en el entrenamiento, a viajar en buses incómodos y a tener en frente a interlocutores no válidos dentro y fuera del camarín más una prensa salamera que padece de especialización y ve como el club se muere nunca se cegaron y supieron salir adelante recibiendo la venia de otros camarines y mostrándoles que lo suyo es con la pelotita, más allá de los brabucones enfrentándose en cámara.
El castigo a Deportes Concepción sólo merece reparos porque se trata de un club que puede sobrevivir fácilmente con su hinchada. Pero es ajustado y esta vez sí se aplicó la medida necesaria al descenderlos. Una institución como Deportes "Suspensión" no puede seguir contagiando a su parcialidad de decepciones y malos manejos.
A esos hay que hacerles una fiesta de despedida y aplicar el viejo canto del hincha. "Que se vayan todos". Los dirigentes de traje y corbata que ven en el Conce una manera de trascender para negociar con esa imagen después, los de medio pelo y mandato ínfimo que financian sus negocios gracias a las redes de contacto que ofrece una institución que se ganó sus pergaminos en cancha, jamás por sus líneas de manejo administrativa. Y también los jugadores mayores, no referentes, en edad futbolística terminal que siguen usufructuando del club porque no tienen cabida en otros planteles a menos que sea por influencias del profe de turno, todos esos deben irse y dejarle el timón a los que, sin mucha materia gris en materia dirigencial o con poca experiencia en cancha aunque con irreparable amor a sus colores lograron revivir a un muerto en vida jugando a la pelota en el año anterior.
Que se vayan los otros. Y que el ambiente futbolístico deje de plantear a Concepción como una injusticia contra un gran club. Que les sirva esta traumática lección de humildad para no volver a caer en las mismas irregularidades, que los que remen lo hagan para un sólo lado. De no ser así, no sólo veremos la misma teleserie a mitad de año en Nonguén. Sino que se saltarán lo más importante de todo. Eso que no son los jugadores emblema que por cincuenta mil pesos más se venden al equipo rival. Hablo de la hinchada. Esos cinco mil que con un equipo de jóvenes, sin nombres repetidos ni que recuerden la pesadilla serán tan fieles como lo han demostrado siempre.
Basta de chantas en Deportes Concepción. esos, al barrio de donde vienen o al club de campo donde se llenan la panza, esa estirpe que nunca se sacaron para entrar en una institución que si bien es del pueblo, no necesita estar liderada por manejos pueblerinos y poco serios. Este ambiente donde quieren sobrevivir se llama fútbol profesional. Es para profesionales y los que no lo son en su actuar y en su manejo con los entornos, no tienen cabida en él.

jueves, junio 19, 2008

CUANTITATIVO

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N.)

Se tiende a decir que estamos frente a una nueva etapa de fútbol chileno...
Lo vi en regiones con clubes de grandes campañas internacionales que hoy murden el polvo de la desorganización. Lo vi con clubes que ganaron torneos internacionales y en menos de una década alcanzaron la vergüenza de la quiebra. Lo vi en una media docena de selecciones nacionales que alcanzaron figuración mundial y que, a la vuelta de la esquina encontraron su verdadera realidad, la suerte esta vez en contra. La que juega a veces a favor y a veces te da la espalda.
Quizás por eso mismo, ante tanta algarabía, discusiones radicalizadas entre señores del periodismo nacional y eternas teorías que se acercan, en algunos casos al vil chaqueteo y en otras, a la alucinación marquetera y facilista es que me parece que la receta que se debe aplicar en el medio es la misma que aplica Marcelo Bielsa cuando su equipo anota un gol o regresa al camarín tras vencer a su adversario de turno: Mesura, paños fríos y sobretodo, concentración en el objetivo antes de los aderezos que condimentan el plato antes de que esté cocinado.
Chile es hoy tercero en la tabla de posiciones de las clasificatorias a Sudáfrica 2010 y dados los resultados de las demás llaves, hay que decir con todas sus letras que tal auspiciosa posición no significa que alcanzamos la cumbre del continente, tampoco que estamos frente a una nueva sabia de balompié nacional encabezada por Bielsa ni mucho menos, que este grupo que sacó los valiosos seis puntos en su giro por La Paz y Puerto La Cruz haya alcanzado la madurez definitiva para comvertirse en imbatible. A no ponerse miope. Se obtuvo cosecha ideal. En los números, en lo cuantitativo, en la engañosa pero real tabla de posiciones, Chile hizo tarea perfecta.
Ya que la discusión acerca del aporte de Marcelo Bielsa, del prescindir de figuras que se sabía fijas y jugarse por un grupo conocido es la que perdura, me parece que estamos avanzando en la discusión aunque a veces los argumentos son demasiado precarios. Hay quienes sostienen que estamos frente al verdadero puntapié inicial de la base definitiva, esa que nos heredará la seriedad para nunca más perder la brújula en la acostumbrada improvisación que nos pesa por tantos años.
No. Es iluso. Tanto como pretender que Bielsa es el "Mesías" que nos vino a entregar enseñanzas eternas de cómo trabajar. Su cuerpo técnico es argentino, sus ideas vienen y se irán dependiendo de dónde trabaje y él sólo engorda su curriculum con asumir riesgos como este, el de asumir la banca de un fútbol tercermundista y cambiarle la metodología en un par de meses. Me baso en esta tesis acordándome de Jozic, de Acosta, entrenadores foráneos que en su momento de gloria eran vistos de la misma manera. Nos ganó la improvisación de sus colegas nacionales que tomaron el testimonio de la posta.
¿Hay un cambio? Sí. Y creo que nos va a alcanzar para llegar al mundial de Sudáfrica, a menos que Paraguay continué tan sólido, que Uruguay despierte y se vuelva tromba, que Brasil reaccione y Colombia no se caiga.
Hoy, Chile tiene equipo para ganarle a todos menos a los argentinos. Con los meses de trabajo que quedan para enfrentar a los de Basile en Santiago, capaz que Bielsa logre sacarle puntos a todos, incluso a sus ex dirigidos. No hay duda que con el rosarino en la banca, la expectativa de poder sumar es mayor. Porque sabe cómo juegan todos, porque plantea en base a eso y reduce las probabilidades de un partido que siempre tendrá cuotas de improvisación.

Lo de Chile fue un espaldarazo de confianza al trabajo de un grupo "picado" por la poca expectativa, uno que demuestra una voluntad que sorprende, una que va totalmente en contra de los principios de nuestra idiosincracia, más bien floja y exitista.
Ya hay cosas irrefutables. Con el cuerpo técnico argentino el rendimiento fuera de las fronteras es notablemente positivo. Se descubrió jugadores que de, ser potenciales figuras ya se consagran como piezas de un proceso. Carlos Carmona, Gonzalo Jara, Gary Medel. Son tres nombres que necesitaron 180 minutos para escalar de la promesa a la consagración. Mérito de la nueva banca nacional...

Pero ante tanto optimismo, análisis que habrá por doquier y apelando al espíritu de este blog, prefiero centrarme en lo que viene. Hay algunos puntos que sí se pueden mejorar, que están a la mano y no está demás considerarlos.
Uno, hay que ratificar el rendimeinto de visitante jugando como local, deuda pendiente del entrenador rosarino. Hay que dejar de lado el debate ridículo si esta selección es la ideal, si le falta alguien, si Bielsa es el hombre clave o si éste es sólo un espejismo. Hay que concentrarse en alinear posturas, porque todos sabemos que lo otro, la eterna discusión que muchos llaman de nivel, hará que los mismos que hace treinta años alababan a Luis Santibañez hoy lo "hagan bolsa"; que los que "le hicieron la pata" a Acosta hoy lo ningunean, que los que amaban a Jozic después lo criticaban por rígido... Una pésima costumbre.
Si el rosarino pierde tres partidos, sobrarán los que digan que traerlo fue un gastadero de dólares. Dejemos de apelar a la base futbolística en un país sin base futbolística, aprendamos, aportemos y sólo así alcanzaremos el avance cualitativo que, aunque me lo nieguen, aún no se vislumbra.

Dos, sería bueno que entendamos que acá no se trata de un jugador u otro sino de los equipos. Por eso, hay que sumarlos a todos en la medida que jueguen bien y si Bielsa, que es un tozudo con gran nivel de observación debería reparar en sus errores. Su sistema debe ser lo suficientemente flexible para no cerrarle las puertas a futbolistas.
Más bien, debe impregnarlos de su mística para que su aporte sea completo. Si por díscolo deja afuera a Arturo Vidal, se equivoca. Mejor lo llama, lo somete a conversaciones y lo enriela. No contar con él es no contar con una pieza clave. Los partidos los ganan los equipos, las clasificaciones las obtiene los planteles.

Y así como ciertos partidos se ganan con el esfuerzo de todos, existe una vieja verdad en este deporte. Las individualidades marcan los desequilibrios. No poner de titular a Jorge Valdivia frente a Brasil significa disminuir la opción de triunfo, de variantes para que Suazo, Mark González y Alexis Sánchez pudiesen tener una gran noche. Porque "El Mago" no es lineal, puede desequilibrar con un enganche, un pelotazo, una corrida apilando rivales, un remate de distancia...
Él más que nadie sabe de la lentitud de los brasileños y colombianos. Es una llave maestra para demoler esas líneas defensivas. Bielsa lo sabe. Si no lo usa, se prende la luz roja. Quiere decir que su antigüa tozudez se apareció por Quilín.

Y tres, que el entrenador entienda que otro de sus aportes pendientes es el de entender la idiosincracia del país donde trabaja, que cambiarla es innocuo porque no se logra en tan poco tiempo. Quizás lo consiga dentro de un camarín, que es lo que nos importa. Pero echarse al bolsillo al medio en general es algo miope. Mejor sería coordinarse con los encargados de comunicaciones de la ANFP, dejar el hermetismo y así, como sale a sacarse fotos a los malls, deberá abrir la discusión un poco más, con la idea de enseñar lo que pregona, llevarse bien con quienes generan apoyo y promoción de su legado y por que no, conseguir con ello un aliniamiento generalizado al trabajo de la selección.
Es decir, aplaudamos lo que hay y seamos visionarios. Miremos lo que falta y no nos quedemos con una simple metodología futbolística. Hay rigor, trabajo, concentración y planificación. Hay números. Falta un sello, una masificación de todos los estamentos para que no sea sólo un equipo en una cancha sino un medio futbolero completo remando para el mismo lado.
Ya está lo cuantitativo... Falta lo cualitativo. Pero no es fácil conseguirlo, aunque se hace llevadero, más cuando los resutados acompañan.

Voz Futbolera


El tema "Marcelo Bielsa" no es un simple detale en estos nuevos procesos de la selección nacional. Tan en boga se ven por estos días que incluso, la Voz Futbolera lo tiene a él y a su nuevo plantel como los protagonistas de las dos últimas encuestas. La anterior, con 125 preferencias, alude el buen rendimiento claramente -aunque con los matices de opinión necesarios- de la Sub 23 en el Torneo Internacional de Toulon a:

- La mano en el trabajo de Bielsa: 78 votos, 62 %.


- La irrupción de una nueva generación de futbolistas chilenos: 32 votos, 26%.

- Suerte por el fixture de un minitorneo: 10 votos, 8%.

- La misma promesa nacional que nunca se concreta en la adulta: 5 votos, 4 %.

Ya se le ganó a Bolivia y Venezuela jugando de visitante.
Les dejo la siguiente encuesta para que ahora evaluemos las razones que generaron tal notable rendimiento. Aportenos, como siempre. Y gracias por hacer ver su visión, siempre. Todas se respetan.

domingo, junio 15, 2008

Premio al esfuerzo

Por Satelito (J. C. Araneda)

Hay toda una gama de expectativas que genera el trabajo de Marcelo Bielsa al mando de "La Roja"· Unas, demasiado exitistas ven el triunfo de anoche como la mayor muestra de cambio en la mentalidad del futbolista chileno, uno que yo mismo abogué por posible en un par de crónicas más atrás pero que no hay que confundir por un resultado.
Otras simplemente están esperando que se hunda el buque para relucir los salvavidas desde la clásica ubicación del "profeta después del milagro". Una clásica muestra del chaqueteo nacional. Ambas se encuentran y chocan por estos días debido al trabajo del entrenador argentino, que saca resultdos y logra, según algunos un cambio de fondo en lo futbolístico y lo anímico mientras los más incrédulos siguen apelando a que la eliminatoria aún está en marcha y no se ha cambiado nada.
Yo sigo sosteniendo que el aporte real de Bielsa en el fondo del trabajo selección se verá sólo al final del proceso con miras al mundial de 2010. Subirse hoy al carro de la victoria es bastante burdo y poco objetivo. Lo que sin duda se debe dejar en claro es que la expedición a Bolivia, más allá del planteamiento del rosarino que se notó en la manera de afrontar el equipo inicial, está por sobre él incluso. M´s que nunca, el triunfo en La Paz es una odisea atribuible sólo a los jugadores, esos que lejos de estar motivados por un entrenador determinado, salieron a correr contra la exigencia de la altura y la pésima cancha pensando más bien en todo el ninguneo que han sufrido de parte de otros más consagrados o de la prensa que se dice especializada.
Decir que Chile mostró buen fútbol en La Paz es casi risible. No hubo un sólo pasaje de buen fútbol porque allá no se puede jugar. Sí hubo figuras destacadísimas como Medel, Carmona, Beasejour, Morales y su relevo con Villanueva que es mérito de planteamiento, Bravo que dio más seguridad que otras veces, Carrasco y Sánchez, todos ellos debutantes por eliminatorias.
Se enfrentó a un equipo que sin duda se quedó pegado en el underground del fútbol sudamericano, pero reconozcamos que se corrió como siempre se critica que no se corre, se metió sin desconcentraciones hasta el final, se aprovechó las opciones de gol necesarias y lo principal para Bielsa, se empezó a afianzar un grupo que tiene tantos puntos altos como desafíos en el corto plazo.
Este equipo debe ganar en Venezuela para mantener la fe de que sí hay capital futbolístico pues allí habrá un rival de más cuidado y un campo donde se pueda medir la capacidad real de juego. Pero ante todo, la templanza de este equipo se medirá a partir de la próxima convocatoria, cuando los lesionados y marginados estén a disposición del plantel y haya que ser protagonista en casa, algo que Bielsa no logró ni siquiera ganándole a Perú.
¿Podrán sortear el desafío? Por el momento, ya obtuvieron un premio, uno no menor que cuando se es joven se valora mucho en los entornos. Los tres puntos conseguidos en el Hernando Siles son el premio al esfuerzo, no a la calidad sino al mérito de mojar la camiseta con todo. En eso, estos chicos ya dieron un paso importante, no definitivo pero que hay que ser miope para no reconocerles.

miércoles, junio 04, 2008

El oro y el cielo...



Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N.)

Cómo le van a palmotear la espalda ahora…
Cuanto elogio pagano y oportunista caerá sobre la figura de un “Señor” del fútbol chileno que cada cierto rato se da maña para taparle la boca a los que, asumiendo roles de crítico arremeten sin saber medirse entre lo concreto y el preámbulo de su “propia pisada de cola”, esos que ante el hecho se deshacen en excusas hasta que terminan borrando con el codo lo que escribieron con mayúscula con su mano.
¿Alguien me va a negar que desde esta tribuna defendí a ultranza el trabajo de Nelson Acosta y va a decirme que me subo al carro al gozar con dicha de su flamante título de campeón con un equipo chico? Vean los archivos de este sitio. Hasta cuando pedíamos que dejara la selección nacional es que asumíamos –junto a varios de Los Futboleros que acá escriben- que los procesos se desgastan, que su tiempo estaba finalizado y que mejor era darle la espalda a Quilín como lo que siempre fue, el entrenador más exitosos que haya vestido el buzo de la selección nacional.
Cómo no le voy a tener cariño, si de tan “pendejo” me colaba en el estadio para ver al equipo que dirigía y a mi me alentaba a seguir el fútbol, el glorioso Arturo Fernández Vial, ese del que ayer se acordó en una nota que, lejos de la soberbia que le cargan, demostró la sencillez de un tipo bonachón que nunca le hizo el quite a los desafíos, que aprendió a regalar triunfos y asumir una idiosincrasia mojigata y traicionera como la nuestra, esa que te alaba en el triunfo y barre el piso contigo en la derrota.
Nelson Acosta lo hizo de nuevo. Se “sirvió” en bandeja la exagerada propuesta de Colo Colo, esa de pasar a la historia como un súper pentacampeón del balompié chileno. Sólo “Don Nelson” nos salvó de semejante horror. No porque el equipo de Astengo no tuviese sus méritos, sino que simplemente, con ese equipo “tan del montón”, tan mediocre, sin jerarquía, defensivo en una final y carente de figuras rutilantes no era justo para nuestra historia que quedaran inscritos como los que rompieron las vallas del rendimiento local. Si lo de play offs ya da para que un cuadro con menos del 50% de producción se alce como monarca. En los años buenos, con eso te ibas al descenso.
La fórmula de Acosta, la que todos se preguntan hoy es más simple que el té con pan. Unas cuantas figuras de experiencia con títulos en el cuerpo –Johnny Herrera, Juan Luis González, Jaime Riveros-, un grupo de “relojitos” miembros de la eterna cepa de “los picados” –Cristián Uribe, Cristián Canío, Adrián Rojas, Dario Gigena, Dalssaso- y una base de jóvenes con ganas de abrirse paso o de hacerse un nombre viniendo de afuera –Paco Sánchez, Arias, Oviedo, Miralles- y sobretodo, un cuerpo técnico que regala confianza y motivación.
Los jugadores le creen a un técnico cuando son capaces de dar vuelta un 3-0 de local con un equipo espectáculo como el Audax. Hay que tener más que buen funcionamiento para “pintarle la cara” a la “U” en Ñuñoa y para sobreponerse a un campeón que los trae nocaut y que, al primes atisbo de mostrarse defensivo y nervioso es pasado a llevar de manera flagrante por su rival.
El “Pelado” Acosta tiene una estrella, dicen algunos. Yo creo que sabe trabajar y habla menos de lo que produce. Entre tanta luminaria en Chile que habla más de lo que consigue, el uruguayo da cátedra de cómo seguir vigente con el buzo bien puesto y la boca cerrada.
Ayer celebré como un evertoniano más. Por el fútbol de provincia pero sobretodo por Don Nelson. Porque cada vez que le hablé fue respetuoso y cercano. Porque “es de pueblo”. Son esos los que logran cosas que quedan en la historia, no los sofisticados de traje y corbata con teorías filosóficas, grandes cantidades de despilfarro en planteles y excusas a final de año, esos que tienen con suerte un objetivo cumplido para vanagloriarse en un torneo donde hacerlo es pecar de vanidoso.
Acosta no. Trabaja, sufre, se enoja, llora y siente el fútbol. Hoy les volvió a pegar abajo a sus detractores y no escatima en guardarse la petulancia. No hay mejor forma de ganarle a los parlanchines. Con sudor, corazón y viveza. Y allí está. Otra vez inscribiendo su nombre en la historia. Háganse esa y después se miden.
El título es para Everton, el viejo y querido ever forever. El oro y el cielo, esta vez déjenselo a Don Nelson.