Deportes "Suspensión"

Por Betinho Batista (Luis Alberto Torres)
Les bajaron la cortina y todavía hay gente que se extraña. O peor aún, que reclama la situación como injusta. Como si fuera la primera vez que un club que se denomina grande (y que si hiciera las cosas como se deben quizás lo sería) tiene que ver como lo suspenden por sus turbias y desastrozas maneras de manejarse en el profesionalismo.
"No es bueno echar en el saco a todas las manzanas porque las podridas echan a perder al resto" decía un redactor de este sitio. Creo que en eso estamos todos de acuerdo. Lo malo es que en Deportes Concepción hace mucho tiempo que esas manzanas podridas son las que uno puede ver en la primera fila, apenas se abre el saco.
Es absolutamente ridículo que un club que viene recién saliendo del saneamiento piadoso del organismo rector del fútbol (convengamos en que este club era un desastre y se le permitió regresar a la primera división por la desorganización y poca dureza de la ANFP) tenga la patudez de reinsertarse "a lo grande" como si la lección de pequeñez no les hubiese agotado el ego de gigantelocuencia.
Primero, en una movida digna de guaguas de pecho, se venden a una organización de papel que jamás mostró indicios palpables de compromiso serio y tangible. Los contratos se ven en los papeles y en el discurso con bases visibles. La Sociedad León de Collao era un espejismo que nadie quizo ver y los mismos que pelearon con armas nobles por reinsertar al club luego de farrearse un perdonazo por división de camarín, referentes ignorantes y luchas risibles con el sindicato de futbolistas hoy le venden el club a un grupo de negociantes que al primer indicio de duda dejaron una institución en el suelo, sin piso en el que afirmarse.
Esos, los que se lavan las manos hoy y lloran como magdalenas en la tv por contratos no cumplidos y abogan porque los recursos de apelación resulten y el club siga vivo son los mismos que dañaron a un club decente, con personas que sí trabajan allí por amor a la divisa morada, esos funcionarios que reciben 150 mil poesos y no llegan en portentosos autos a Nonguén exigiendo prepotentemente que se les pague cuando su aporte al fútbol chileno está marcado por las palabras sin hechos detrás.

No era necesario volver a la competencia con un entrenador tan caro como irrespetuoso, que se mide costoso cuando sus números no lo indican y que a la primera de cambio hizo la de Poncio Pilato y se fue con un pagaré millonario, el mismo que hoy muestra su irrespeto hacia la actividad por sobre él mismo al entrar en controversia con un futbolista como José Luis Sierra, apelando a su coprolalia púbica cuando conviene ser cauteloso y austero. Garcés no tiene culpa en el lío actual de Concepción pero sí lo tuvo al comprimir un camarín y al incentivar a jugadores a embarcarse en un proyecto soñador y poco terrenal.
De su plantel, rescatar sólo a los que se fueron que son los únicos responsables del buen nivel que mostró un equipo quebrado jugando como otro más en el torneo. Gazalle, Cortés y los extranjeros que potenciaron al lila por algo están hoy en otros planteles. Son jugadores de nivel que pese al barro en el entrenamiento, a viajar en buses incómodos y a tener en frente a interlocutores no válidos dentro y fuera del camarín más una prensa salamera que padece de especialización y ve como el club se muere nunca se cegaron y supieron salir adelante recibiendo la venia de otros camarines y mostrándoles que lo suyo es con la pelotita, más allá de los brabucones enfrentándose en cámara.
El castigo a Deportes Concepción sólo merece reparos porque se trata de un club que puede sobrevivir fácilmente con su hinchada. Pero es ajustado y esta vez sí se aplicó la medida necesaria al descenderlos. Una institución como Deportes "Suspensión" no puede seguir contagiando a su parcialidad de decepciones y malos manejos.


Basta de chantas en Deportes Concepción. esos, al barrio de donde vienen o al club de campo donde se llenan la panza, esa estirpe que nunca se sacaron para entrar en una institución que si bien es del pueblo, no necesita estar liderada por manejos pueblerinos y poco serios. Este ambiente donde quieren sobrevivir se llama fútbol profesional. Es para profesionales y los que no lo son en su actuar y en su manejo con los entornos, no tienen cabida en él.