


Por Satelito (J.C.Araneda)
No hay plazo que no se cumpla ni deuda de gol que no se anote. Matías Fernández es la mayor incógnita nacional de cara a la próxima Copa América de junio a disputarse en venezuela y dónde la selección chilena se juega al menos el cargo del entrenador.
El brillante tanto convertido por
Matigol en el duelo del Villarreal contra el Gimnastic le da el golpe de confianza que el chileno necesitaba para empezar su catapulta al éxito en el competitivo torneo hispano, el mismo al que Fernández llegó con traje de figura.

No sólo porque descompresiona la carga del mismísimo chileno tras 16 partidos esperando que mostrara su capacidad goleadora. Lo hizo con gran nivel pese que apenas participó en quince minutos y su estado físico está en discordia.

Fernández se mantiene lejos del nivel que lo llevó a colgarse el título del mejor de América 2006. Aún así, ya no tendrá en la cabeza la imperiosa necesidad de anotar, esa autopresión que en un chico tan joven e introvertido podría ser emocionalmente peligroso, más cuando en su corta carrera estaba acostumbrado a celebrar.

A todos le hace bien este gol. Al equipo porque recupera a su figura emergente, a Pellegrinni porque ya cuenta con un jugador algo más relajado y con motivación, lo que en parte supera el cansancio físico que arrastraba. A la selección porque Fernández sentirá que puede aportar y si decide jugar por la "roja" lo hará con algo de gol en el cuerpo.
Aunque principalmente, el privilegiado con el tanto de ayer es el propio Mati. Ahora depende de él. Ya nadie pude poner en duda que el tipo tiene talento para jugar sólo en Chile.