lunes, septiembre 08, 2008

Dungalondango


Por Satelito (J. C Araneda)

No hay que volverse loco ni nada parecido. Ni somos los más malos por perder con Brasil ni eramos los mejores hasta antes de ese partido. Bueno sería que el análisis se haga desde una vereda más firme y menos zizagueante en el piso concreto.
Nos ganaron bien los brasileños, sin apelación, con holgura y hasta con cierto grado de displicencia. Si Luis Fabiano andaba fino nos hacía por lo menos cuatro, más el penal de Ronaldinho y los que se perdió Robinho pudieron haber sido seis. Y sialguien me dice que Chile pudo haber empatado en un momento es porque de esto no tiene idea. Nunca hubo superioridad chilena, incluso en esos minutos de ataque permanente y pressing asfixiante del inicio, cuando se vio que los nuestros son más pichangueros que futbolistas, que juegan para el lado, hacen un amague de más y nunca llegaron con real peligro.
Lo sabemos los que fuimos al estadio y cada vez que Brasil atacaba nos tomábamos la cabeza. Tal cual como ante Perú y Paraguay. Allí está lo preocupante. Que Chile, con Bielsa en la banca, se volvió un equipo abordable en la cancha.
Algo tiene Dunga que por muy defensivo que sea siempre nos complica era mi premonición antes del partido. Otro de los "colegas futboleros" con los que pasamos rabia en Ñuñoa decía que si nos tocan como en una triangulación del primer tiempo entre Diego, Luiz Fabiano y Ronaldinho es porque nos van a pintar la cara luego. El más relajado de todos bromeaba con que el único aplauso de la noche se lo dimos a Fernando González.
No hay que engañarse. Ni vamos a ganar las eliminatorias como lo decía Valdivia (uno de los que sucumbió ante la presión de rendir a diferencia de Robinho por ejemplo) ni ibamos a asustar a los brasileños metiéndoles presión como rezaba en los medios Vidal (otro de los que demostró que no está para el primer nivel de exigencia) al llegar a Chile. Lo que necesitamos es ser letales. Y esta selección, en todo su proceso carece precisamente de letalidad.
No tenemos llegada concreta, seguimos apelando al ollazo, la banda izquiera ofensiva está regalada, los centrales son improvisados en el puesto jugando al uno contra uno versus los más habilidosos jugadores del planeta, nuestro principal delantero, Humberto Suazo se genera diez oportunidades más que Salas por partido pero se las pierde todas, mientras el Matador lideraba, ordenaba, arrastraba marcas sin jugar y cuando había que matricularse lohacía de a dos como contra los uruguayos en el Centenario. Eso es lo que nos falta. Calidad por sobre guapeza.
Al igual que contra Farfán de los peruanos o Cabañas de los paraguayos uno terminaba aplaudiendo que no nos hicieran más goles. Igual nos pasó ayer. Menos mal que Kaká no jugó y Dinho practicamente no estuvo. Que los cariocas viene recién recuperando el nivel. La sacamos barata anoche.
Fue un aterrizaje forzoso pero necesario. Para darnos cuenta que no estamos nicerca de clasificar al mundial ni de pecar de máximo optimismo. La más dolorosa y formidable lección, en el momento más indicado de todos.