El verdadero crá...

Por Satelito (J. C. Araneda)

¿Que habrá pasado por la cabeza de Rolando Schiavi, el argentino que fue campeón de todo con Boca y que hoy miraba a sus ex compañeros brillar en su propia cancha de Porto Alegre? ¿Habrá querido aplaudir Saja a Román cuando le clava ese balonazo imposible y define la final que ya estaba casi jugándose por compromiso?
¿Estarán esperanzados los argentinos con el momento excepcional del mejor jugador de la Libertadores? ¿Qué pensará Pellegrinni que dijo que Villarreal puede jugar sin Riquelme? ¿Es comparable a Pirés, lo ensombrece en un ápice Matías Fernández? ¿Es Riquelme de los mejores jugadores del mundo hoy?
Alguien posteo en mi entrada anterior sobre Boca que estos eran de verdad. Bueno, Juan Román Riquelme es un futbolista de verdad. Los que hablan del penal frente al Arsenal o de su renuncia a la selección hoy tuvieron que ver con asombro como el verdadero "crá" se dio el lujo de ganar la final de la Libertadores sólo.
Si alguien quería una muestra de lo importante que significó Riquelme (lo digo porque yo siempre c reí y me decían que estaba adulando a un arrugón) la tuvo hoy desde el primer minuto. El Torero se hiz cargo del balón, fue absolutamente inmarcable por el mediocampo del Gremio aunque no como el muchacho impetuoso que epedía el balón a cada rato como hace cinco años atras.
Este es otro Riquelme, uno que se ubica perfectamente en la cancha, que hace jugar a sus compañeros y no se decica a amagar con el balón en los pies.
Esa seguridad que el regreso parcial a su país le entregó a la emocionalidad de Topogiggio la vemos reflejada en el primer gil de Boca en Brasil. Se ubica, piensa y planifica el gol cuando Ibarra toma la pelota, porque cuando se la pide no da ni dos pasos y le mete un zapatazo imposible, uno digno de los más geniales jugadores de la historia, en una final, de visita, contra brasileños. Lo más parecido a lo que Maradona hacia en las prácticas. Una genialidad, técnica exquisita.
Este Boca tan pragmático tiene además en Nery Cardozo y Rodrigo palacio a dos jugadores tremendamente impredecibles. Su velocidad de enganche y reacción para llevarse a los defensas los hace definitivos para ganar partidos.
El equipo de Miguel Russo (que por fin gana el torneo que hace rato merecía) es hoy una de las oncenas más completas y sólidas del orbe, cuando muchos pensaron que la Era de Bianchi sería irremplazable.
Caranta, el que llegó de la reserva terminó siendo factor en partidos claves defendiendo el arco. tanto así que Bobadilla, el que llegó a reemplazar a Abbondanzzieri ayer miró el partido en Asunción. Se repatrió a Clemente Rodríguez sabiendo que Krupoviesa estaba descartado ara el torneo. Definieron los centrales, Morel Rodriguez, Cata Díaz. Una parte defensiva afiatada hasta la saciedad.
Eso, más el orden dorogencial le basta a Boca para ser hexacampeón. Lo demás, lo que falta para marcar una diferencia sideral con tros clubes corre por cuenta de Román. Uno que jamás pasará inadvertido.