Se acuerda de este...

Por Satelito (J. C. Araneda)

Tanto chaquetero que hay en este país. Cuando debutó Pizarro por la Roma dijeron que había empezado mal, que el técnico lo iba a cortar, que el pequeño genio de Valparaíso seguía demostrando inmadurez, que se le iba a hacer difícil, etc.

No por nada David Pizarro protagonizó una portada de revista importante en Italia. No por nada el jugador fue "el" refuerzo de la temporada en una escuadra que siempre apunta a ser campeón. No por nada el volante llena el gusto de varios entrenadores del Calcio, un torneo importante y que no se compara en nada (ni siquiera en lo corrupto) con el nuestro. Hay tanta incapacidad de ver al mediocampista como un jugador de excepción que muchos siguen cuestionando su renuncia a la "Roja" como si la camiseta nacional fuese un bien tan preciado en el extranjero para que un tipo como el pequeño habilidoso ponga su curriculum en riesgo por un grupo sin ambición como el que peleó la eliminatoria pasada.

David Pizarro demostró en estas semanas que con un buen grupo de compañeros a su alrededor, con una posición clara o definida en el campo de juego (que tenga que ver con sus condiciones naturales) es un futbolista de primer nivel. Ahora incluso está conviertiendo goles porque delante de él tiene a Totti como armador, habilitador y finiquitador (función que algunos quwrían asumirle a Pzarro en la selección) y el porteño se dedica a generar fútbol desde posiciones más libres, con volantes de trajín y que tienen despliegue por las bandas para buscar más posiciones ofensivas. Genera juego porque es lo que siente mejor dentro de la cancha.

En estos momentos en que las nuevas luminarias del balompié nacional generan discusión, triangulos mágicos y toda esa clase de clichés absurdos, acuérdense de Pizarro. Es más que Mark González o los Magos Jiménez y Valdivia. No tiene la rapidez de Matías Fernández pero puede flanquearlo desde atrás y sumar su experiencia a una nueva selección que si algo no tiene es precisamente gente con experiencia.

Si yo fuese Nelson Acosta tomaría el teléfono, lo felicitaría por lo que hace y le ofrecería la jineta de capitán. ¿No dicen que el camarín chileno era otro con Zamorano o Salas? Ese efecto es el que hoy generaría David Pizarro en la selección. Por cartel, es mucho más que todos los que nos tienen entre la ilusión y la desesperanza. No nos podemos olvidar de nuestro mejor embajador.