El ejemplo de Borghi

Por Futbolero Mayor (Hugo Merino N.)

Tanto revuelo con este Colo Colo que llegaba a Valparaíso con un chico de 14 años en la banca nos da para pensar. En lo bueno y en lo malo del tema.

Lo bueno corre por parte de Claudio Borghi. Hace ya bastante tiempo, cuando el Bichi asumía la banca colocolina y este blog comenzaba a dar sus primeros pasos dijimos que el argentino no iba a pasar indavertido como tantos otros entrenadores que han dirigido al popular. Este iba a marcar un sello en el trabajo y en la frontalidad. Así parece que ya nos acostumbró.

Tan buena es su función (más allá del título) que cada semana nos da lecciones de cómo se debe afrontar el cargo de responsable técnico. No por su estrategia en el campo que a más de alguno puede no gustarle. Hablo de la personalidad para afrontar las crisis sin echarse a morir, imponiendo y defendiendo su criterio a ultranza y jugándose por sorprender y aportar. Si Nicolás Millán jugó algunos minutos contraWanderers convirtiéndose en el debut más novel de nuestro balompié es únicamente porque Claudio Corghi es el entrenador de Colo Colo. Digámoslo en palabras simples. Un director técnico chileno no se atreve a ponerlo.

Lo malo llegó, en este caso para variar, por culpa de la incompetente prensa futbolera nacional. Muchos saltaron a la palestra conviertiendo en tema sensible un tema que nunca ha sido sensible. Si hasta acerca de un potencial contrato de empleo hablaron, que el club usfructuaba y abusaba de un niño en un país que ataca el trabajo infantil. Si hasta el ministro de la cartera salió a defender la posición. Vaya estupidez. Que un chico con condiciones juegue a corta edad es un privilegio, una eventualidad y más allá de la estadística es absolutamente idiota el raciocinio de convertirlo en celebridad antes de que pise un campo de fútbol como profesional.

Por eso Borghi habló de que seguramente lo habría pensado de otra manera si hubiera dimensionado la escandalera. Es que si hay algo que sigue soprendiendo al Bichi -por más que los tenga a raya y los maneje como quiera- es el descriterio editorial con que los medios funcionan en Chile. Si hasta tuvo que aconsejar a los periodistas a qué hacer y cuál distancia tomar con el tema, protegió al chico y seguramente tuvo una larga charla para concentrarlo en sus capacidades y sacarlo de este festival de luces y cámaras que endiosan o hasta marean a los jugadores del medio nacional con poco roce. Hoy lo destacó pese a la derrota y con ese simple gesto le entrega confianza para que este debut no sea un hecho fortuito.

De eso hay que aprender. De la capacidad del trasandino para echarse los cánones sociales del fútbol al bolsillo, de cerrarle la puerta en la cara a un periodista bocón, de mofarse de la prensa para que esta le tenga respeto y dependencia en vez de soltura indecorosa. Y lo más importante, Borghi está intentando suplir en un año los errores eternos de nuestro fútbol, jugar con lo que haya, sin apelar a figuras, fabricar talentos con roce adulto, darles confianza, bajar los promedios de debut en los clubes profesionales y principalmente, ante todo salir a atacar como bandera de lucha.

Aunque sus delanteros se pierdan goles echos como el Chupete Suazo u otros se coman goles evitables como los arqueros con los que cuenta el plantel. Pero manteniendo la idea sin decaer. Si atacas tienes posibilidades de salir de aquél nicho histórico de perdedor. Es la enseñanza del día.