Allez le blanc
Por Satelito (J. C. Araneda)
¿Se fijaron en un detalle? Durante la primera fase el equipo de Domenetch tuvo innumerables problemas para clasificar y para afiatarse como equipo. Y jugaron de azul. Resulta que se sacaron “le blue” y de golpe comenzaron a funcionar. Contra España, contra Brasil, versus Portugal y sin que nadie apostara por ellos ya están la final. Con la camiseta de recambio.
Nadie ha reparado en ello, como si las cábalas en el fútbol no fuesen importantes. Fíjense que el elenco galo llegó al mundial como favorito a regañadientes. Que estaban muy viejos, que venían divididos (lo que quedó de manifiesto en la primera fase), que sus jugadores estaban “retirados”, etc. Pero allí están. Como hace ocho años. La respuesta es simple. Procesos.
Hoy el equipo de Zizou (que lo conduce en el campo y lo arma en la previa) funcionó como un relojito suizo. Bien parado en la zaga con esos dos frontones que son Gallas y Thuram, con los medios, Vieira y Makelele siempre atentos para engancharse en esa función defensiva olvidándose del desdoblamiento ofrecido frente a la “verdeamarilla” (por lo que Francia no tuvo tanta vocación de ataque como en ese partido) y la ya regular presencia de Ribery y Malouda por las bandas que frenaron el intento de Scolari de llegar al gol por esa vía, la que hasta ahora fue siempre su principal arma de ataque.
Así las cosas, a los galos sólo les quedaba hacer el gol y prepararse para resistir el resto que quedaba para llegar a los 90 minutos. Llegó por un penal, exagerado por donde se le mire pero que en el análisis fino sí es foul y está bien cobrado por el resistido Larrionda. Con la ejecución de Zidane quedó sentenciada una semi que no fue la mitad de su antecesora de ayer. Una prueba es que se resolvió en noventa minutos.
Portugal definitivamente decepcionó. Porque cuando necesitaban más que nunca el destello de sus figuras descollantes, tanto Figo como Ronaldo, Pauletta y Decco dieron la imagen de estar derrotados antes de tiempo. No se vio una tromba lusitana ni nada por el estilo. No se juntaron. Cometieron el error más básico. Intentar solucionar el problema por sí mismos. Y fueron presa fácil de un esquema aflatado. Peor fue cuando Scolari en vez e transmitir confianza comenzó a reclamar y buscar culpables antes de tiempo. Los cambios los hizo tarde y no supo impregnarle ganas a una oncena que pareció estar jugando un partido de primera fase. Si al débil de Barthez lo apuraban, seguro alcanzaban el empate.
De alguna manera, Francia e Italia, su próximo rival en Berlín echaron por tierra la tradición de que para ser campeón hay que empezar el mundial ganando y “rompiéndola”. Ambos dejaron dudas, ambos tuvieron rendimientos oscilantes, ambos fueron criticados por su irregularidad. Y ahí están. ¿Suerte? Puede ser. Tanto así que en una de esas, los franceses apelan al nuevo “Allez le blanc” y dejan en el camarín su camiseta tradicional capaz que sumen otra estrella. Aunque no los veo ganando, este mundial ya demostró a sus anchas que acá puede pasar cualquier cosa.
3 Comments:
Francia ganó con poquito. Pero a Italia, no tiene por donde
Francia de blanco para ser campeón... Es porque juegan bien no más, pues hombre
Francia llego trotando a la final. Italia les va a sacar mas trote todavía
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