¡Transpíralo buey!

Por Satelito (J. C. Araneda)

Si es que los angoleños fueran un equipo más acabado y depurado seguramente los mexicanos hubiesen transpirado sudor frío a mares. Porque hoy la vieron color de hormiga a ratos. Transpiraron calor para tratar de empatar frente a su rival y transpiraron frío con un oído puesto en el resultado del equipo africano que amenazaba su calificación a octavos. A los veinticinco minutos, un Portugal que se presumía abordable (sin Deco, Ronaldo, Pauletta) ya les llevaba dos goles, los de Maniche y Simao. Y les estaba dando un tremendo dolor de cabeza. Sólo el descuento de Fonseca vino a calmar las ganas lusitanas y en ese momento fueron los dirigidos de Lavolpe quienes avanzaron con todo y tuvo hasta un penal desperdiciado por Bravo.

Pero este México es uno de los clasificados que menos gracia me causa. Que menos agrado me genera. Los tenía como candidatos a meterse entre los 16 mejores tal como lo consigueron en los números, pero en cancha aún tienen muchísima tarea pendiente.
Lo peor de todo es que ahora les toca Argentina en Lepizig el sábado, el que contará con sus reservados Sorín, Crespo, Saviola, ausencias que hoy se hicieron notar en el empate trasandino frente a Holanda. México no muestra grandes atributos como para pensar que serán escollo para los once de Pekerman. Eso, a menos que saquen a relucir todo su vendaval futbolístico hasta ahora escondido o que Lavolpe cuente nuevamente con algún resultado milagroso que lo mantenga en una banca desde donde lo quieren echar hace rato y hoy parece haber más consenso en el país del norte.
Los que pueden sorprender de ahora en más, son los portugueses. Comienzan a subir su nivel, el fútbol asociado se hace más patente y Scolari parece disponer de su plantel en un momento óptimo de rendimiento. Si bien Holanda es favorito en el choque del domingo contra los lusos por octavos, ese partido debería ser un verdadero clásico europeo de primer orden.
Cerraron el grupo los ya mencionados angoleños que se encontraron ante una posibilidad de clasificar pero, o no la asumieron, o simplemente sólo se les daba en las matemáticas. Hoy enfrentaron al seleccionado iraní (el mismo que le complicó la vida a ratos a los mismos mexicanos en el debut) y pese a ir ganando con el gol de Flavio, no supieron extender la emoción y hasta se llevaron un gol de Bakhtiarizadeh que sentenció la igualdad. Empate merecido que demostró que pese a los desniveles de México, los clasificados de esta zona estaban claros desde antes del primer pitazo.