El sillón del irrespeto

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N)

Leía el sitio de Puro Fútbol (www.purofutbol.cl) y me encontré con la desagradable noticia. Otra vez, en Lota Schwager, hay gente con malas costumbres aplicando barbarie dirigencial en el deporte regional.

Sucede que esta vez, el Presidente de la Comisión Fútbol de Lota Schwager, Claudio Almendra decidió no cumplir con las promesas hechas al ex-técnico de Deportes Concepción. Humberto López. Lo sacó desde un lugar seguro de trabajo para ofrecerle un cargo a manos llenas y ni siquiera lo tenía sentado en la banca con un contrato firmado.

Uno se cansa de ver a tanto directivo de mala muerte ocupando sillones de clubes con tradición. La plaga parece no agotarse y para más remate, siempre hay manos turbias que se toman entre ellas y generan un círculo de hierro para protegerles hasta que el llegue el momento de renunciar, hacer un catastro y entender que bajo su administración se perdió más de lo que se ganó.

Claudio Almendra ha recibido un par de golpes desde este sitio y lamentablemente parece que tendremos que seguir dándoselos. Si Ocares le dijo que se vestía mal -basta ver un blog institucional donde los hinchas lotinos le critican lo mismo-, si el mismo redactor se reía de su pésimo gusto para realizar premiaciones vergonzozamente rascas y mal organizadas a verdaderos héroes de su institución -todo por aparecer en los medios-, si Merino lo aporreó por su trato con el anterior estratega minero, Leonardo Vinés, bueno, yo lo ajusticio públicamente por cobarde y ordinario.

Nadie puede ser tan poco hombre como para no dar la cara a las personas involucradas y sí a los medios mintiendo descaradamente. Nadie puede armar un tongo tan grande como el que le costó la salida a Vinés -dijo usted que eran los resultados como visitante y que se la jugaría con una nueva carta- para después no cumplirle ninguno de los puntos acordados "como caballeros".

Parece una constante este abuso de poder en Lota Schwager. Antes estuvo Bernardo Ulloa, que como Almendra, se metió la mano al bolsillo y arriesgó su patrimonio en beneficio de club. Parece loable, si no fuera porque creen que les da derecho a sentarse en el respeto que se merecen otras personas. Recuerdo que Ulloa sacó con su propio esfuerzo a Lota del fútbol amateur. Recuerdo que tanto palmoteo lo anduvo mareando y después había corresponsales de prensa que, con sólo seguirlo, aseguraban una nota por día en redacciones capitalinas. Todo por su apego a las performances dignas de la peor rutina de Ruperto.

Almendra tiene que aprender a manejarse y a manejar su entorno. Sus actuaciones a cargo del club de la lamparita dejan de manifiesto su incapacidad de cerrar las crisis con delicadeza y blancura. Si quería echar a Vinés, debió decirlo y punto. Pero armó una madeja enredada e inentendible y de paso le quitó la posibilidad de trabajo a un tipo decente con el iluso aval de las promesas incumplidas.

Yo creo que lo suyo, Don Claudio -aunque me lleguen mails anónimos ofendiéndome como a Merino se los enviaron por criticar a Piero Mosciatti- es un tema de ego. Tras su éxito como empresario, lo que usted pretende ingresando al campo dirigencial del fútbol -como otros cientos- es trascender a la actividad pública si tener conciencia de qué significa. Tiene que ver, le cuento, con transparencia, decencia. Es actuar con mesura.

Porque de entre ustedes dos, Humberto López se abra quedado sin trabajo pero al menos cuenta con la admiración de la gente de fútbol. Un ejemplo incuestionable es que para ilustrar esta columna busqué fotografías de ambos en todos los rastreadores de internet. Mire la coincidencia. Suyas no hay en ninguna parte. De López, sí. A buen entendedor, pocas palabras...