Otro nivel

Por Satelito (J. C. Araneda)

Me acuerdo que en el mundial de Italia '90, los saudíes perdieron por 8 a 1 frente al que sería campeón, Alemania, en primera ronda. Pero al afortunado tipo que hizo el gol, los millonarios petroleros le regalaron un Mercedes Benz del año. Lo que es tener plata.
Resulta que ahora, los verdes del Sahara tenían la oportunidad poco común de protagonizar un clásico musulmán, en el impresionante estadio de Münich y ante 70 mil personas. Al frente, Túnez, un rival que se suponía superior en el papel. Pero el estímulo por superarlos no era nada despreciable. Si ganaban, cada jugador del plantel saudí se echaba al patrimonio un departamento y un auto. Ni en "Rojo" regalan tanto de un sólo viaje.
Cuando Jaziri anotó el primer gol para los dirigidos por Lemerre, todo después de una presión algo clara (no era bueno el partido) me dije, estos gallos jodieron. Les van a pasar la máquina. Pero increíblemente mostraron una actitud formidable, la que se espera de todo equipo de fútbol por muy disminuído que sea.
Vimos actitud, vimos despliegue interesante y un amor propio impresionante. Los saudíes no sólo lograron ponerse en ventaja sino ganarase al público con su fútbol ofensivo y los merecidos goles de Al Kahtani y Al Jaber. Sólo el cabezazo de Jaidi en los descuentos logró entregarle un empate que pareció poco merecido para los de Paquetá pero que, en honor a la verdad, no hizo más que entregarles puntos y honores por igual a dos rivales que dieron clase de lo que significa ir a competir a una justa tan importante como el mundial. Pese a los ripios. Al menos a los árabe-saudíes deberían darle igual el premio. Se lo ganaron y de paso nos regalaron un partido tremendo justo cuando no les teníamos ninguna fé.