La lección de Guss

Por Satelito (J. C. Araneda)

Me acordaba del concurso del blog de Guido en Argentina porque estuve a punto de incluir a Tim Cahill en mi equipo ideal (concurso donde hasta ahora sólo este humilde servidor y Waldo Pedro suman puntos, él más que yo) pero pensé que Guss Hiddink lo iba a dejar en la banca. Así lo hizo, pero el holandés supo cuando enmendar la mano.

Si en el mentado concurso hubiera que darle puntos al entrenador por buen cambio realizado, el entrenador de Australia tendría ya tres a su haber. Porque no sólo el jugador del Everton, Cahill, o el oportunista Aloisi fueron vitales en el relevo del segundo tiempo sino además, Joshua Kennedi, la tercera modificación fue vital para madrugar y anular los intentos japoneses por arriba que había complicado a la última línea oceánica.

Un buen entrenador es aquél que de acuerdo a sus posibilidades de plantel logra alterar el destino de un partido. Hiddink supo cómo y cuándo dar vueta el rsultado y el trámite del match. Por más que el rival haya sido un Japón de pocas virtudes para amarrar un marcador a su favor hasta el minuto '80 con el gol de Nakamura.

Anotar tres goles en diez minutos tiene méritos de sobra. Quiere decir que la capacidad de reacción existe y es potente. Pero aquí hay que darle el ramo de laureles a quien corresponde. Ya nos tenía acostumbrados con sus repentinos cmbios de esquema en la selección de Corea del Sur en el 2002. Guss Hiddink se anotó varios bonos a su favor en el primer examen "soccero" en Kairserlautern. Para eso están los técnicos. Lección para Scolari, Pekerman o Van Basten.