El día que Dios quiso ser futbolista
Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)
Con el tiempo lo he ido rememorando de tantas veces que lo repiten por la tele. Parece que fue ayer. Ahora entiendo la letra de "Volver" y la clásica frase "que veinte años no es nada". Cierto. Parece que fue ayer cuando el "Diego" inmortalizó su zurda en la historia universal del hombre. Siendo el fútbol de tanta importancia para avisorar los tiempos, no exagero con el último juicio.
No se trata de que algún mundialista de hoy tome la pelota y se pase a todo el equipo contrario para quedar en el libro de oro del deporte rey. No se puede comparar. La tarde de aquél 22 de junio de 1986, el mundo fue testigo de una obra completa, de la máxima esencia del balón, de la picardía, de la belleza, del desahogo y el orgullo restablecido.
Mejico ‘86 fue el mejor campeonato mundial de la historia. Sólo comparable con el jugado en esa misma tierra en el ‘70 pero de mayor competitividad en los presagios. Si usted es futbolero de tomo y lomo se acuerda de la Alemania de Rummenigge y Voeller; de la Bélgica de Pfaff, Scifo y Celeumans; de la Dinamarca de Olsen y Laudrup; del Paraguay de Cabañas y Julio César Romero; de la Francia de Platini, Amoros, Tigana y Rocheteau; del Brasil de Zico, Careca, Muller y Casagrande; de la España de Michel, Butragueño y Salinas; del Uruguay de Alzamendi y Francescoli, en fin. Los mejores jugadores en la historia de sus países unidos en una sola competencia. Todos ensombrecidos por uno que no iba de candidato, la Argentina de Maradona. Sí, de Maradona y diez más.
Aquél mítico equipo de Bilardo salió de Buenos Aires con la baja confianza como denominador común. No sólo porque clasificaron en el ultimo minuto de las eliminatorias -gol de Gareca a Perú tras la última patriada de Passarella en su selección- sino además por la constante distancia entre lo que nominó el entrenador y lo que quería ver plasmado el pueblo. Ni hablar de su autoestima-país caída a niveles elocuentes. Su última incursión en España ‘82 había sido del todo decepcionante. La Guerra de Las Malvinas, el destape de los atropellos de la Junta Militar con Videla y Galtieri a la cabeza y la tristeza general invadían a un país demasiado humillado en su marca ufana.
No le voy a contar los detalles del torneo ni cómo la selección trasandina conquistó ese campeonato. Está recontra repetido. Quiero que se acuerde que conmemoramos un día como hoy. Que visualice como tantas veces esa imagen de la "mano de Dios", la trampa más hermosa y justiciera que nadie haya visto. Todo el mundo la aplaude. Jamás escuché maldecirla.
Quiero refrescarles la memoria de aquella corrida de 60 metros donde "el 10" inmortalizó su estampa de estrella en el campo y a su zurda como justo paralelo del pincel de Da Vinci. Cuando provocó la devoción total y eterna, ubicándose en lo más alto del podio de superhéroe terrenal. Cuando arrancó el grito ahogado del argentino que con ese gol recuperó el orgullo perdido en el sangriento campo de batalla.
Aquél día se escribió una página imborrable y con ello cambió parte de la historia del fútbol. Fue hace exactamente 20 años. Nos sigue pareciendo cercano, único e irrepetible. Como para decir con certeza y convencimiento que todo tiempo pasado fue mejor.
Con el tiempo lo he ido rememorando de tantas veces que lo repiten por la tele. Parece que fue ayer. Ahora entiendo la letra de "Volver" y la clásica frase "que veinte años no es nada". Cierto. Parece que fue ayer cuando el "Diego" inmortalizó su zurda en la historia universal del hombre. Siendo el fútbol de tanta importancia para avisorar los tiempos, no exagero con el último juicio.
No se trata de que algún mundialista de hoy tome la pelota y se pase a todo el equipo contrario para quedar en el libro de oro del deporte rey. No se puede comparar. La tarde de aquél 22 de junio de 1986, el mundo fue testigo de una obra completa, de la máxima esencia del balón, de la picardía, de la belleza, del desahogo y el orgullo restablecido.
Mejico ‘86 fue el mejor campeonato mundial de la historia. Sólo comparable con el jugado en esa misma tierra en el ‘70 pero de mayor competitividad en los presagios. Si usted es futbolero de tomo y lomo se acuerda de la Alemania de Rummenigge y Voeller; de la Bélgica de Pfaff, Scifo y Celeumans; de la Dinamarca de Olsen y Laudrup; del Paraguay de Cabañas y Julio César Romero; de la Francia de Platini, Amoros, Tigana y Rocheteau; del Brasil de Zico, Careca, Muller y Casagrande; de la España de Michel, Butragueño y Salinas; del Uruguay de Alzamendi y Francescoli, en fin. Los mejores jugadores en la historia de sus países unidos en una sola competencia. Todos ensombrecidos por uno que no iba de candidato, la Argentina de Maradona. Sí, de Maradona y diez más.
Aquél mítico equipo de Bilardo salió de Buenos Aires con la baja confianza como denominador común. No sólo porque clasificaron en el ultimo minuto de las eliminatorias -gol de Gareca a Perú tras la última patriada de Passarella en su selección- sino además por la constante distancia entre lo que nominó el entrenador y lo que quería ver plasmado el pueblo. Ni hablar de su autoestima-país caída a niveles elocuentes. Su última incursión en España ‘82 había sido del todo decepcionante. La Guerra de Las Malvinas, el destape de los atropellos de la Junta Militar con Videla y Galtieri a la cabeza y la tristeza general invadían a un país demasiado humillado en su marca ufana.
No le voy a contar los detalles del torneo ni cómo la selección trasandina conquistó ese campeonato. Está recontra repetido. Quiero que se acuerde que conmemoramos un día como hoy. Que visualice como tantas veces esa imagen de la "mano de Dios", la trampa más hermosa y justiciera que nadie haya visto. Todo el mundo la aplaude. Jamás escuché maldecirla.
Quiero refrescarles la memoria de aquella corrida de 60 metros donde "el 10" inmortalizó su estampa de estrella en el campo y a su zurda como justo paralelo del pincel de Da Vinci. Cuando provocó la devoción total y eterna, ubicándose en lo más alto del podio de superhéroe terrenal. Cuando arrancó el grito ahogado del argentino que con ese gol recuperó el orgullo perdido en el sangriento campo de batalla.
Aquél día se escribió una página imborrable y con ello cambió parte de la historia del fútbol. Fue hace exactamente 20 años. Nos sigue pareciendo cercano, único e irrepetible. Como para decir con certeza y convencimiento que todo tiempo pasado fue mejor.
11 Comments:
cada vez q vuelvo a ver el gol de maradona contra inglaterra, el de la corrida, lo encuentro más y más feo, cada vez encuentro más paketes a los ingleses, cada vez me parece más insoportable!. gracias fox y tyc por arruinarme el gol.
ah!, se me olvidaba... maldita la puta amno de dios y al puto jalero de maradona!.
ya... q relajante :D
A mí me pasa al revés... de hecho cada vez que vuelvo a ver el gol me parece que es mejor, que nadie más podría hacer ese milagro de gol en el fútbol moderno. Nadie. Algunos tratan... véanlos, y no les resulta. Es demasiado bueno.
cada vez q vuelvo a ver el gol de maradona contra inglaterra,a lo encuentro más emocionante, corriendo por el campo como sosteniendo la bandera de nuestro país, genial el Diego.
Parece que al Flaco muy bien no le cae, que se quedará con Pelé??
Saludos Futboleros, un abrazo
Aunque es cierto lo que dice el Flaco , no paran de repetirlo
pele es otro q cada vez q dice algo, son wevadas. realmente los 2 me desagradan, pero debo admitir q a maradona lo aguanto menos, aunke de pendejo era un idolo pa mi.
cuando lo encontraron encamado en pelota con su manager dije, naa, inventos de la prensa, cuando escuche por priemra vez q jalaba como si lo necesitara para vivir, dije, naaa, inventos de la prensa, cuando se comió al cani celebrando un gol y la esposa del pajaro le prohibió al rucio juntarse con diego, ya como q me estaba hinchando las pelotas... pero ahora, bypass gastrico mendiante, su auto entrevista... el 10 entrevista a dios (uuuuffff)... ya no lo aguanto al gordo jalero, mala gente, fleto no declarado, egomaniaco de mierda.
y pele debutó con un pibe :P
Yo no me canso de verlo. Es como cansarse de ver la volea de Zidane, es poesía en estado futbolístico.
Además, no se el resto, pero yo me quedo con el gol y con lo que significa, a mí Maradona me encanta por como jugaba, era una persona nefasta pero nunca tacharé su gol por que fuera drogadicto, marrullero, ególatra y que realmente se creía (cree) D10S.
Que viva ese gol y que les den por culo a los ingleses mamones abarcalotodo. Grande Diego...
Que notable. Como diría la Sole, escribes bonito.
El gol del '86 es irrepetible porque nunca habrá las mismas circunstancias que encierren lo meramente futbolístico.
Tendría que hacerle un gol un cubano a los gringos, o un afgano los rusos.
Flaco Grillo tiene una tranca con Maradona oye...
Vi todos los noticiarios donde hablaron del gol y hasta leí uno que parcaticamente hizo una sintesis del homenaje que escribiste el año pasado, pero bueno, esos te copian siempre.
Nadie lo compacta mejor. Muy emotivo. Y seguramente, conociendote como Maradoniano, tú lo escribiste primero
Mmmmm, como que todo el feed back me parece basura. Sorry
Bien dicho, el mejor gol de la historia. Inolvidable como lo que no se puede olvidar dijo Keko Yunge.
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