El club de la pelea

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N.)

Yo le tenía más fe a Portugal que a Holanda. No por planteles, ni por fútbol o menos basado en lo que ambos mostraron hasta hoy. Simplemente por entrenador. Y dadas esas coincidencias de la "pelotita" que hacen a uno acertarle de vez en cuando, debo decir que en esta verdadera guerra absurda que protagonizaron tulipanes y lusitanos, el gallito lo perdió Van Basten y no es que lo haya ganado Scolari. Su colega holandés no dio el tono para acompañar a la orquesta. Por algo se dice que ser buen futbolista no es garantía de ser buen estratega.

El partido hubiese sido absolutamente distinto si es que el "paquete" de Valentín Ivanov no hubiese dejado el criterio en la casa. De sacar la tarjeta roja ante aquella tremenda agresión a mansalva de Bouhlarouz a Cristiano Ronaldo se habrían calmado los ánimos. Pero el esperpento encargado de administrar justicia predispuso el clima bélico, el que fuera de la cancha no existió. Una prueba de ello es la bizarra imagen de Van Bronckhorts y Deco analizando juntos y en tono saludable el electrizante final del partido.

El referí tuvo hoy su más importante exámen y reprobó con su más baja nota. Plagó de tarjetas a los dos equipos sentenciando al que pasara esta ronda a quedar destinado para jugar con los auxiliares de utilería en cuartos de final o semifinales, si es que avanzan. Puso amonestaciones injustas y dejó pasar otras inconcebibles. Expulsó a Costinha cuando ya no podía tapar sus errores y desató la ira de 22 hombres que hasta su incompetencia mostraban intención de jugar un fútbol rápido, sin pausas y con llegadas sucesivas al pórtico.

Pero más allá de la tonelada de tarjetas mostradas, del desorden aparente por tanta modificación obligada y del caracter rudo que fue tomando el encuentro, hubo un detalle que fue decisivo. Cuando estaban en igualdad numérica, con Portugal más desgastado por enfrentar mayor parte del partido con 10 y cuando Van Basten había introducido todas las fórmulas para emparejar el tanteador (probó con Van Bommel, Sjneider, Van Persie, Robben, Cocu y como Van der Vaart como volantes con llegada por las bandas o desde la media distancia) cometió su último gran error en este mundial. Le quedaba un cambio y puso a Vennergoor of Hasselink en lugar del discretísimo centro atacante Dirk Kuyt. El goleador Ruud Van Nistelrooij no podía creerlo.

Este era el partido para el crack del Manchester United. Es más, debió empezar jugando. Pero Van Basten y su nueva generación joven es una "engrupida" absurda de supuesto fútbol moderno con jugadores capaces de desdoblarse en todos los sectores del campo. Sin centrodelantero. Es la idea original de "La Naranja Mecánica" de Cruyft pero sin ninguna posibilidad de emperentarse con el mito setentero. Hoy se sacaron la camiseta naranja y de golpe se les fue la mecánica a la punta del cerro.

Entonces, Philipao (que no por golosinas lleva once partidos ganados consecutivamente en los mundiales) afirmó su línea defensiva con Carvalho como pilar y el resto de sus volantes marcando la subida con balde en la cabeza de los holandeses. Y para el contragolpe (o más bien para retener en campo contrario) echó mano a la velocidad de Figo o Miguel cuando este último salió del campo. Con eso bastó para aguantar el gol de Maniche y vencer a un rival tan tozudo como perceptible y predecible en su juego.

Portugal enfrenta a Inglaterra y si no fuera por el show de Ivanov hoy en la noche de Núremberg, seguramente también despachaban al discretísimo y pobre equipo de Eriksson en noventa minutos. Llegarán disminuídos en plantel. De todas maneras, igual son más candidatos que las "chiquillas" británicas para meterse en semifinales. Si es por entrenador, apuéstele fijo a "Philipao".