CRITICA DE MEDIOS: Ojalá vuelvan a ser un "Golazo"

Por Joao Havepalta (Miguel Ocares)

Me sigue dando vergüenza porque nos leen en lugares donde ni se imaginan la sofocante pobreza mediática que soportamos por estos lares. Fíjense (para enrielar a quienes nos consumen desde otras latitudes) que "Golazo" es un programa radial de tradición, enfocado al fútbol y con trasmisiones dignas de los medios capitalinos más acaudalados. Sin embargo, la mala suerte y la confirmación de que en Chile todavía no erradicamos la picantería social atada a la delincuencia, hizo que estos profesionales de la radio AM debieran salir del aire por un lapso muy largo. La razón: Una tropa de maleantes desmanteló los equipos de la emisora donde ejercían, la Universidad del Bio Bío y los "capos" se quedaron sin pega.

Sólo la sapiencia de su director y productor general, Jorge Paredes Urrutia (ustedes ya lo conocerán de tanto que lo agarro para la palanca) logró sacar del sombrero del mago (no de Valdivia aunque este también tiene apego por las cámaras) una maniobra notable. Se contactó con otra emisora local y logró poner por más de dos meses al aire su programa desde otra señal: Interamericana, que a ese horario no significa mayor competencia para ellos y que gentilmente (habrá algo de reparo económico y sintonía cautiva de por medio) cedió un espacio por años consagrado a rellenos amaterus.

Resulta que a los delincuentes (cosa bastante común en esta región de ineptos) aún no los agarran. Pero la radio UBB volvió al aire y con ello, Golazo retomó su acostumbrada emisión desde las canchas, la misma que debió concesionar al desagradable amparo de estos "amigos de lo ajeno".

Hay cambios en las trasmisiones respecto al año anterior, donde eran claramente la primera sintonía en deportes (hoy, aparte de los medios santiguinos cedieron terreno en las entregas desde exteriores a competidores como Radio Femenina). En el staff de comentaristas "estelares" como se hacen llamar hace tantos años (para reírme en la cara del gil que creo semejante autoreferencia falsa) apareció uno que sí es algo más estelar. Héctor Alarcón Manzano tiene méritos tales como ostentar el premio al mejor corresponsal deportivo del país. Es un hecho de la causa, aunque no concuerde con sus políticas de manejo en el Colegio provincial de periodistas o su nulo ataque a la mediocridad de sus pares. Puede no gustarme pero sus méritos no los escondo.

Se echaba de menos el relato del número uno, Mario Montecinos o los apuntes lingüisticamente apropiados de Grignaffini y Ferrari (a los que ahora se suma Michel Saavedra). Y para sumar categoría están rotando a Axel Salas, uno de los mejores relatores de la zona, olvidado por muchos pero no por los que más sabemos de calidad.

¿Todo bonito? Aquí vienen las críticas porque la salamería no es mi tema, ya lo sabrán. Fíjense muchachos que si perduran en la idea de perpetuar a Hans Loosli en las estadísticas seguramente se van a perder a un buen reportero de cancha y van a eternizar el vacío que deja Sergio Godoy Acosta, además de cederle terreno a otros como Felipe García, que con ripios y maquetas viene dando grandes zancadas hace rato en otro punto del dial. Traigan a Sergio y se les acaba el problema.

Hay una cosa elemental en los medios de comunicación (como losfutboleros no lo somos podemos presumir de lo que queramos ya que con ellos generamos roncha en nuestros enemigos naturales): no hay que destacar las virtudes propias porque se propicia una corriente de autograndielocuencia idiota. Si Jorge Paredes quiere decir que su programa es una tribuna "sin compromisos" que lo demuestren al aire (porque a veces quedan dudas cuando repiten los entrevistados y critican sólo después de que quedó "la grande", no antes) y no lo refriege verbalmente en los oídos de sus auditores y a cada rato. Suena feo, suena autocomplaciente y hasta "mamón".

Otra para usted Don Coke (tranquilo, ya lo voy a agarrar en este sitio por su programa de tele). No hable tanto. Mire, su discurso (es crítica constructiva, usted sabe que nunca se deja de aprender aunque se lleven años) lo podríamos caricaturizar de la siguiente forma. Es como si usted mandara a un niño a comprar al negocio de la esquina y el cabro gil se diera siete vueltas a la manzana para encontrar el almacén. Sea breve, sea directo, no se enrede, grábese y escúchese para que me entienda, pregúntele a los más nuevos que tiene a su diestra, resuma sus intervenciones. No ve que la palabrería aburre.

Que Hugo Grignaffini vuelva a ponerse crítico y directo. Estar fuera del aire parece que "lo ablandó" un poco. Que Oscar Ferrari no deje que "otros" le quiten su protagonismo en el programa porque con ello da pie a que los medios locales retrocedan en el tiempo. Todos sabemos que quienes llevan la batuta por estos tiempos somos los cabros más jovenes. Renovación de las ideas le llamo yo.

Y para Héctor Alarcón, una recomendación técnica. Por mala casualidad no más, me tocó escuchar cuando, terminada una de las tantas entrevistas telefónicas monopolizadas hasta el bostezo por Paredes, usted dice "me habría encantado pregúntarle "x" cosa a este señor". Muy simple, interrumpa la lata y pregunta no más, pues hombre. Si no, ¿para qué les pagan?