Figuretis...

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)

"... ¿ Y usted cree que es algo normal que un jugador corra 60 metros para hablarle una cámara?... " Esa fue la respuesta que Rubén Selman entregó a la prensa para justificar la idiota expulsión de Jorge Valdivia este domingo en el Monumental. Yo siempre parto desde la base que los árbitros no son desleales ni deshonestos. No es la excepción. Creo que Selman no es nada de eso. Le falta tomar ubicatex no más...
Alguna vez publiqué en un diario "La Teoría del Árbitro Saquero" y los lectores se agarraron en la sección cartas por dicha columna. Lo único que plantee allí es que los de negro cometen tres tipos de referatos erróneos. Uno, cuando expulsan o cobran penas que generan disparidad manifiesta en un partido; Dos, cuando señalan alguna sanción en los minutos finales la que se vuelve irreversible por tiempo. Y tres, cuando van diezmando psíquicamente al perjudicado por pequeñas pero molestas decisiones. Todo aún creyendo que son tipos honrados.
Partiendo de esa base, hay que dejar en claro un par de ideas. Sería bueno que los árbitros entiendan que a nadie le interesa que sean figuretis y por tanto, debiesen evitar cualquier asomo de protagonismo. Mientras sepan que su función comienza y termina en el reglamento, todo estará en orden. Selman habría entrado, entonces, en un error antisistémico. De acuerdo a la teoría anteriormente deglosada, el incurrió en dos de las tres malas formas de impartir justicia. Agrégele a ello, el no uso del sentido común para sacarse un lío innecesario.
Sin embargo, cualquiera podría argumentar que con "la acusada en cámara", el sobrevalorado e inmaduro Jorge Valdivia insultó al árbitro pues lo acusa injustamente y con ello condicionó la expulsión. Cierto, pero aquí es dónde uno le exige a los jueces algo del Common people, de la conciencia de calle, del tú a tú.. Porque justo la semana pasada miraba a Patricio Polic en TV exigiendo que los jugadores se dediquen al fútbol y no a golpear ni quedarse en el suelo ayudando a agilizar el ritmo de los encuentros. ¿Y cómo andamos por casa? Si los árbitros se dedican a cuidar a los tipos hábiles, a conversar y no discutir dentro de un campo, a bajar la presión propia de un clásico como el de Colo Colo y la UC guardando las tarjetas para los "sucios" y tomándose un armonyl antes de entrar a la cancha estaría todo más garantizado.
Porque digámoslo con todas sus letras. Por más notable que haya sido el repunte cruzado, por muy equivocado que haya estado Borghi, por más impresionante y vertiginoso que haya sido el trámite del partido, hay que concordar en que el Ruben Selman echó a perder un match por absoluto afán de luminaria. Imagínese usted que el juez no echa al cocolino. ¿Cómo habría quedado de manifiesto que Valdivia es un "llorón"? Pero resulta que lo echó y con ademanes exagerados de cowboy futbolero que no le vienen para alguien que nunca dirigió algún match de primer orden.

Valdivia será un muchachín pintamonos, el último hiper inflado por los medios de comunicación y sus antecedentes seran de lo más claros, pero su pecado esta vez fue querer ser nuevamente la figura del fin de semana. Iba bien, jugando hábilmente y conduciendo a su equipo. Hasta que se le apareció un pelado -seguramente con el bicho del futbolista frustrado- que le echó a perder los planes. Y de paso, armó una polémica innecesaria, ridícula y plagada de estupidez.