La lección de Rafa

Por Satelito (J.C.Araneda)

¿Se acabó el reinado? El último campeón de la asombrante Uefa Champions League dejó un invicto de 17 partidos sin derrota en casa y al parecer... se despide. Entre españoles se entienden y fue un hispano quien ganó la partida de ajedrez. Rafael Benitez superó en la estrategia a su colega holandés Frank Rijkaard. Lamentablemente, el español entrena al Liverpool, el mismo
invitado de piedra que derrocó al Rey en su propio feudo, en el mismísimo Nou Camp.







Era el duelo de los últimos campeones y lo ganó el que menos apuestas tenía favor. ¿La razón? Su técnico demostró ser mucho más capaz que su rival, aquél que algunos consideraron premiar como el mejor del mundo en la temporada pasada. Ese que contando con los mejores jugadores del mundo en su plantel no logra cuajar un esquema imbatible. Todo lo contrario. Es factible derrotarlo pues sus baches defensivos son similares a los del archirival en la liga local, el Real Madrid, ayer jugando el mismo torneo de local frente al Munich en el Bernabeu. Algo inexplicable e imperdonable para un
cuadro considerado todopoderoso.
En el gallito de Ronaldinho versus Gerrard, en el de Bellamy versus Saviola, en el de Kiut contra Messi o el de Xavi Alonso contra su compatriota Xavi o Deco en la conducción del equipo. Con un esquema más defensivo y tremendamente efectivo logró desnudar las fallas de un enemigo efectista y que desaparece ante cualquier atisbo de presión.









Miraba algunas declaraciones anteriores al partido del portugués Deco, el mejor de los catalanes hoy y ya denotaba un par de miedos que esta tarde-noche se hicieron latentes en el recinto condal.
Uno era el hecho que en Anfield Road no se podía llegar con goles en contra a la revancha de esta llave. Entre Bellamy, Risse y la irresoluta actitud defensiva provocaron que el monarca lleguen a casa de los Reds ya con dos encajados en la suma final. Sólo aportan uno a la eliminatoria.
El otro miedo del volante era el entrenador del rival, más que el rival mismo, sabiendo que Benítez les regaló inolvidables jaquecas dirigiendo al Valencia. Hoy simplemente aplicó calco y en efecto los complicó como se temían. Maniató a las principales figuras con una línea posterior repleta de piernas, volantes de trajín en la mitad y dos delanteros de mucho sacrificio capaces de mantener a Puyol, Márquez, Motta o Zambrotta metidos en su terreno. Tal como Mourinho y el Chelsea lo habían conseguido hace algunos meses en el mismo recinto, sin complicarse con el marcador en contra.
Siempre aplicando el libreto. Tal como hoy. Una cátedra de fútbol práctico. Una tremenda bofetada a las políticas sectarias que tozudamente a la que alguna vez apeló Frank Rijkaard. Como cuando separó a Saviola de la plantilla y hoy tiene que apelar a él para alinear algo de peligro. Como hoy, que separa a Samuel Eto'o cuando su equipo necesita más que nunca a otro delantero de primer nivel y no a "paquetes" como Gudjohnsen. Rijkaard es un gran profesional del fútbol y su carrera lo refrenda. Cuando no se pone la venda en los ojos. Ese es su más grande error. Su porfía. Eso sí, hoy se encontró con uno más astuto.
No se extrañe si Mark González sale de titular en la revancha aunque hoy ni jugó un sólo minuto. El plan de aguantar y salir a corretear en su campo a la plantilla de Ronaldinho resultó a la perfección. Tal como en Anfield Road saldrá a matar al campeón con un gol que le resultaría definitorio para la eliminatoria. Con Crouch, con Zenden, con todas sus figuras. Es cosa de ver la trayectoria de Benítez para entender que el tipo es estudioso. Hoy, en medio de la efervescencia roja, el estratega guarda la calma y planifica. A pesar de saber noqueado al Barca. Aún sabiendo que lo ve mareado, casi muerto, listo para recibir el gancho que lo mande definitivamente a la lona.