Sirven Para... ná

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)

¿Supo? Cobreloa duró en la Copa Libertadores lo mismo que dura una parrillada en promo para el staff de Futboleros. Nada, pues... ¡Adivinó!
No es bueno ser burlesco pero le cuento que en corta y emotiva ceremonia acontecida en Curitiba, el elenco chileno perdió su cupo en la Pre Libertadores al empatar a un tanto con el Paraná brasileño. Un equipo que ganó... Mmmm, que ganó... Bueno, no ganó nada y gracias a la tradición de otros clubes de su país tuvo la opción de jugar esta llave al clasificarse quinto en el brasileirao anterior. ¡Quinto! Y entre 20. Si apenas se fundó hace 17 años. Mala cosa...
Lo peor de la situación es que hoy, los loínos jugaron gran parte del partido con uno más, sabiendo que tras su desastroza derrota en Calama tenían que salir a ganar sí o sí. Y aún con aquél antecedente estuvieron... perdiendo. ¿Qué pasa con el fútbol chileno que vive por estos días una burbuja de éxito mientras los actos en escena siguen arrojando lo funesto de siempre? ¿Que nos dicen que con Maynne Nicholls la situación mejorará y los papelones dirigenciales y futbolísticos siguen a la orden del día?
Mi molestia pasa por lo que informan los portales y diarios. Como el partido era codificado, la gente no lo ve, lee los resúmenes y se queda con la idea que el empate de los naranjas es honroso. ¿Contra un equipo de tercera categoría?
Lo peor es que el Paraná mereció el triunfo, con diez en cancha contra once, aún sin la necesidad de hacer el
gasto pues se pasó por la axila aquella tradición que indica como imposible jugar en Calama, la que decía que es históricamente difícil jugar en el desierto. Peor aún, le propinó un nocaut sin anestesia a un representante chileno que, sin querer herir suceptibilidades, peleó
todo un año para durar menos que un candy en el momento en que la principal competencia continental exijía sangre, sudor y lágrimas.
Esto es penoso. La tradición loína engendrada en los botines del Chueco Merello, en los goles del Fatiga Letelier y el cerebro de Vicente Cantatore se ve diezmada por esta colonia de argentinos de medio pelo futbolero -Pepe Díaz, Mannara, Barrios- que ante un entrenador sin voz de mando (Huerta querido, claramente desde que te llevaron a la "U" demostraste que los equipos grandes te quedam idem, grandes...) y jugadores nacionales recocidos, sin ningún futuro, proyección o gran momento se quedan sólo en golear a Antofagasta o realizar desgastantes campañas con el mismo público de siempre, la misma infraestructura de
años y sin ningún atisbo de querer crecer en la vida. Este Cobreloa hace décadas que se estancó en ser bueno sólo en Chile y ni siquiera logra hacer
una primera ronda decente cuando sale de las fronteras.

¿Que esperar? Escarmiento de la prensa ni aunque rogemos. ¿Un milagro en la mentalidad del nortino cómodo y acostumbrado al partido dominical sólo para distraerse de la atiborrada vorágine de Chuquicamata? Adónde la viste.
No. Seguramente veremos a Cobreloa otra vez peleando el cupo Chile 3, con el mismo Pepe Díaz o Esteban Paredes aburriéndose de meter goles como local. Capaz que hasta los veamos levantando alguna copa de lata y clasificando otra vez para un torneo internacional.
¿Para qué? A los Zorros del Desierto o les están llevando carne fresca o les llegó un aporte trucho de Chiledeportes porque simplemente ya no tienen hambre. Se les quedó en los ochenta, casi como la lucha social en Chile.
Dicen que Cobreloa premió a los mejores de su historia el mes pasado, que llegaron Merello, Cantatore, que contactaron a With, a Covarrubias, a Siviero. Ojalá tengan sus teléfonos. A ver si los vuelven a llamar y les preguntan que tenían esos equipos memorables para querer y lograr tanto teniendo tan poco en los bolsillos. En una de esas, hasta recuperan el alma del Cobreloa de antaño.