La final del insolente

Por Futbolero Mayor (Hugo Merino N.)
Claudio Borghi le devolvió el protagonismo como entrenador hace algunos años al Audax Italiano. Corroboró que su idea de fútbol espectáculo era posible jugarlo y desde esos años, en La Florida se estiló apostolar por el buen trato de balón y la consigna ofensiva. Hoy los réditos del Bichi los recoge Colo Colo, con un equipo imparable, de alto nivel y excedido balance de números estadísticos. Borghi no se puede quejar. Su aporte al balompié chileno fue siempre fundado, gravitante e ilustrativo para las nuevas generaciones.
Se jugaron las dos semifinales y el favorito de todos ya está (por más que me dijeron "cuidado con Cobreloa") con un pie y medio instalado en la final. Hoy goléo al difícil equipo de Aravena, en el duelo de chilenos ya clasificados a la Libertadores 2007. La diferencia fue aplastante aunque el trámite haya registrado resistencia nortina en algún pasaje.
En la aparente final (de no haber milagros en las semis de vuelta), el albo chocará con la revelación de la segunda parte del año. Audax Italiano, un equipo que bajo el diseño de Raúl Toro alcanza niveles óptimos de rendimiento, sobretodo a la hora de aniquilar al rival. Algo que bien saben en la Universidad Católica y ayer lo sufrieron también los pupilos del Peineta Garcés en el ya inexpugnable recinto de La Florida.
Hay más en común de lo que muchos piensan en estos cuadros. Dos entrenadores respetuosos de las decisiones y objetivos del plantel, dos excelentes motivadores, manejadores de grupo como Borghi y Toro no son el único punto convergente en estos cuadros sensación del clausura, los mismos que a primera vista aparecen como tan distantes entre sí.
En ambas escuadras, tanto Sebastían Cejas como Nicolás Peric pasaron de la crítica por su nivel al sinónimo de candado en el arco. El trabajo de los laterales audinos es más retenido que el popular, por eso de la línea de cuatro en el fondo su técnico. Aún así, Boris Rieloff y Roberto Cereceda son jugadores capaces de anotar en arco contrario. Similar a lo que vienen mostrando Ormeño, Jeréz o Gonzalo Fierro. Ambas zagas son muy eficaces a la hora de retener al rival.
El lucido andamiaje de Meléndez y Sanhueza es muy similar a la tarea de Garrido y Cabrera en el mediocampo defensivo de los de verdes. El impresionante momento de Matías Fernández en Colo Colo puede ser comparado en parte con el intratable potencial del volante que se vislumbra para reemplazarlo el próximo año. Carlos Villanueva también es capaz de meter un tiro libre que defina partidos apretados, es capaz de acumular marcadores rivales para dejar a sus compañeros de ofensiva sólos frente al arco o está incluso perfectamente preparado para asumir el peso del equipo en sus hombros y desequilibrar la balanza en el marcador con un par de goles de innegable e impredecible factura personal.
Arriba, si Alexis Sánchez es encarador y hábil, Jaime González tiene lo suyo sobretodo aprovechando espacios libres en equipos que queden expuestos al contragolpe. Y la potencia de Humberto Suazo es en algo comparable con la efectividad del juvenil Franco Di Santo, que por juego aéreo es el preferido del equipo para llevarse las marcas o pivotear balones ventajosos en el aletargado trabajo de pizarra que hace el Audax en sus partidos. Si Colo Colo aprovecha mucho las pelotas muertas, los itálicos ganan muchos partidos gracias a ellas.
No es que ya esté cantando la victoria de ambos. La estoy vislumbrando. Tres goles de diferencia parece demasiada tarea para Cobreloa y O'higgins, más con los equipos que disponen. Audax Italiano no sale campéon desde 1957 y si enfrentase a Colo Colo tiene una de las mejores ventajas. No tendrían nada que perder y sí mucho por ganar, eso pues el favoritismo completo correría con justa razón para el Cacique. Lo único seguro es que, de existir dicha final vamos a ver, como en el oasis del apertura y su final de lujo entre albos y chunchos, otro capítulo de irreverencia ofensiva en ambos bandos que buscan la copa. Como para no quejarse, verdad...