La justicia y el azar

Por Betinho Batista (Alberto Torres P.)
Las fotos que usted ve como encabezando esta columna de opinión (por qué les llaman crónicas) se la robé a los muchachos del ilustre blog Aguante Lota y del fotolog de Deportes Melipilla. Las uso para demostrar que este torneo fue lo mejor que hemos visto en Primera B en muchos años. Si se fija, en una celebran los melipillanos. En otra, los de Ñublense se pierden un penal que les pudo dar un título, lo que finalmente queda en las estadísticas y vitrinas de una institución.
Este torneo nos dejo buenos equipos, gran nivel de competencia, muchísima emoción y sobretodo varios ejemplos que tomar en cuenta.
Creo, a riesgo de que se molesten algunos, que Ñublense es lejos lo mejor en institución regional. Pero lejos... Será que hay una ciudad entera detrás pero reconozcamos que la ciudad no arranca del tablón con una derrota. Si usted lee el blog antes que yo escribiera, Ocares y Pinto ya daban señales de que el Rojo jugaba en el norte y todas las radios transmitían en directo. Y toda la ciudad estaba pendiente. Su dirigencia es ordenada, el plantel fue parejo y aunque tuvo problemas nunca se desbandó. Su entrenador es paciente y sabe mucho de controlar grupos y lograr objetivos. Marcoleta perfectamente puede dirigir en Primera A. Estos se merecían el título, estuvieron a doce pasos de conseguirlo.
Melipilla fue "cuco" durante demasiado tiempo. Cuando los demás se dieron cuenta que eran ganables, los Potros ya les habían sacado diferencias insalvables. Eso tiene un mérito. Aprovechar las rachas no sólo en juego vistoso sino en números. A Melipilla le alcanzó hasta para ser campeón. Yo los llegué a considerar invencibles cuando hice mis apuestas y me equivoqué rotundamente. Aún así, ya no podían desbancarlos. Hay mucho mérito de Musrri en ello. La lección es lo vital que significa la regularidad en momentos importantes.
Lota Schwager nos entregó otro ejemplo. El de la lucha constante. A este equipo le dieron varios golpes bajos y si usted repara en las costumbres del fútbol chileno (cuántos chicos talentosos se pierden porque no le ponen esfuerzo necesario), el equipo minero tiene el mérito de haberse ganado su opción a pulso y con dirigentes detestables. Nadie duda que con sueldos al día, organización, evitando peleas y despidos absurdos, sin protagonismo gerencial, este cuadro de Coronel daba la vuelta olímpica porque en ganas y fortaleza hubo un momento en que barrió con todo lo que tuvo al frente.
Y Vial tiene su mérito. El de la suerte. Esa tan necesaria para obtener el éxito. Nadie daba un peso por ellos en el epílogo. Los comentaristas y la hinchada estaban cavando la tumba de Germán Cornejo y ahí está. En un torneo tan parejo, se ganó la opción. Y si los jugadores se impregnan de historia, verán que el aurinegro puede ir a ganar a El Salvador o La Cisterna por el simple hecho de tener esa insignia en el pecho. El coraje viene en los libros del club.
Yo sólo le puedo pedir paz a las cúpulas de ambos clubes. Que no se repartan la torta antes. Gestionen recursos e incentiven a estos muchachos. La oportunidad cuesta apenas 180 minutos y vale la pena invertir en ella. No peleen, llévenlos a jugar partidos de exigencia (hay uno libre por fecha en Primera A), entrenen el doble, disten charlas y múestrense mancomunados. Están tan cerca y los rivales no son innacesibles. ¿Quién dijo que no se podía? Si me preguntan, independiente de los rivales creo que Lota sube. ¿Vial? No sé pero cuenten conmigo desde el tablón. Vamos, que todavía se puede lograr eso que, en total sinceridad, nadie esperaba de estos dos representantes de nuestro alicaído fútbol regional.