Un gigante que se duerme
Por Satelito (J. C Araneda)
Cuando hubo que hacer el equipo de El Gran Seleccionador para el mundial me acuerdo que varios le tenían fe a este. Es que se trata de uno de los mejores zagueros sudamericanos de la última década. Jugó tres mundiales y en su primera exhibición en estas lides, en Francia '98, Carlos Gamarra tuvo un rendimiento impresionante. Tiene 36 años, ha jugado en las mejores ligas del mundo y anunció su retiro del balompié rentado.
El defensa, que actualmente luce los colores de Palmeiras de Brasil vistió camisetas de lujo como la de Cerro Porteño en su país, Independiente de Argentina desde dónde saltó al primer nivel jugando por Fluminense, Atlético de Madrid e Inter de Milán. Un currículum formidable.
En su selección no sólo vistió con éxito la casaquilla albiroja sino que fue el capitán natural tras la salida de José Luis Chilavert, protagonizó la generación que reposicionó al fútbol guaraní en un primer orden continental tras la camada del '86 (de Julio César Romero, el gato Fernández y Roberto Cabañas) y jugó 109 partidos oficiales por su país.
A principios de octubre, enfrentará su encuentro 110 con la divisa nacional, ocasión que aprovechará colgar los botines definitivamente. Algunas veces fue llamado a esos encuentros de beneficio representando a los combinados de Resto del Mundo. Estuvo entre los mejores de su puesto en varios rankings anuales.
Me suena extraño. Parece que Gamarra era goleador pero sólo anota 12 goles en su historial en la selección. Seguro recordaremos su presencia, su calidad para anticipar en el juego aéreo, su ferrea marca y su excelso orden táctico.
Si uno hace un barrido en esta zona del mundo y analiza el puesto de central se queda con los paraguayos y los argentinos. Los primeros tienen una escuela fascinante, que a diferencia de los charrúas o trasandinos casi siempre apela a la fuerza sin foul, al anticipo, a leer los movimientos del rival. Gamarra fue un gran exponente de este fútbol aplicado. Fue líder, era capaz de impregarle el segundo aire necesario a su escuadra para salirde posiciones defensivas e incumbrarse en labores de ataque. El mismo las emprendía.
Por más que varias veces nos hizo despotricar contra su talento (a Chile siempre le marcaba goles o le hacía grandes partidos) hay que hacerle el homenaje correspondiente. Se va uno de los grandes, un señor del fútbol, un embajador de la vieja escuela paraguaya. Esa que por abajo juega ceñida al libreto. Y que por arriba, si te pilla mal parado te mata en segundos. Si no me creen, vean videos de Gamarra.
4 Comments:
Un cazador de la zaga... Un perro de caza. Si fuera chileno habríamos llegado a algún mundial porque fallábamos siempre atrás
Anda que no le estropeo el partido a España en el 98, igual sin el hubieramos pasado de primera ronda. Un gran defensa, siempre sera recordado por su contundencia.
Saludos
Los paraguas son duros. Grande junto a Chila
Un tremendo central. No era muy pasable
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