Una copa de "Chivas" Reagal...

Por Satelito (J.C.Araneda)

No sólo Estudiantes de la Plata frente al Sao Paulo y ante un escandaloso yerro del chileno Carlos Chandía (aquí no se trata de decir que el último penal lo perdieron los pincharatas sino de que el decisivo se lo comió el árbitro) o River ante Libertad de Paraguay. Esas derrotas, por más que hayan sido argentinos, las teníamos en las expectativas. Pero lo de anoche marcó la pauta de la próxima ronda.
Parece que sin Boca Juniors, la Copa Libertadores no sabe de trasandinos. Esta era la llave más peleada y la que según mi gusto puede definir al campeón. En Guadalajara, Las Chivas (que llegaron al torneo por una eliminatoria veraniega y luego eliminando a Colo Colo en fases primarias) habían empatado a cero con el Velez de Miguel Russo. La revancha, en Buenos Aires, marcaría un partido muy táctico pues a pesar de no sacar ventaja de local, el rebaño sagrado necesitaba de un gol antes que su oponente y prácticamente aseguraba su paso a semifinales. Por el orden que demuestran y la experiencia de su plantel no era imposible. Y se sabía que hacerles dos de vuelta es tarea casi imposible.
Tal cual se dio el partido. Comenzó mejor Velez con Mauro Zárate, Ereros y Ocampo tratando de vulnerar la última línea mexicana más los remates de media distancia de Somoza que poco exigieron al sólido Oswaldo Sánchez. Por el otro lado, la base ofensiva de la selección mundialista con Morales y Omar Bravo acompañando al Bofo Bautista tomó la posta en las llegadas con peligro cuando el medio juego de su oncena accedió a frenar al rival e imponer su ritmo pausado.
No es nuevo esto de los aztecas en tierras argentinas. El año pasado, tras vapulear a Boca en el país del norte se dieron el lujo de ir a sacarle un punto en La Bombonera con aquel recordado final de golpes y escupitajos del “Chino” Benítez al propio Bautista. Saben de presión en contra y juegan con ella casi como si no existiera.
El José Amalfitani de Liniers era una caldera y aún así enfriaron el partido de tal forma que cuando Ramón Morales transformó en gol el penal cobrado por el paraguayo Torres pareció sentenciarse todo. Tanto así que Velez se desordenó, abusó del pelotazo “a la olla” y fueron los visitantes quienes ordenadamente tuvieron opción de aumentar, objetivo que consiguieron a través de Adolfo bautista, que ya lo había tenido antes. Por más que El Fortín tratara (e incluso llegara al descuento por obra de Batalla) su historia en la Libertadores quedó sellada. Como la de todos sus equipos compatriotas.
Mirando el panorama, ya es hora de que Chivas de el golpe final a tantas temporadas dando que hablar. Esta podría ser la ocasión última. Ayer demostraron que por ganas y fútbol pueden. No me extrañaría nada verlos llevarse por primera vez el ansiado trofeo a tierras norteamericanas.