El último tour de "Choco Travel"

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N.)

Hace cuatro años se montaron arriba de un bus que decía en su letrero frontal "Alemania 2006 y resurgimiento del fútbol chileno". Se fueron por un camino demasiado pedegroso, no les dio el estanque de la bencina y con el tiempo se fueron bajando muchos de los "pasajeros" que tenían asegurados a bordo. La micro del fútbol chileno que, bajo la conducción de Reynaldo "Don Choco" Sánchez nos llevó a pasear por laberintos jamás imaginados en la peor de las pesadillas está hoy atravesando sus últimas calles. Ya en diciembre debe salir de circulación.

Fijémonos en los detalles que, como buenos chilenos, a veces se nos olvidan. Ya es menester en este redactor -no así en este blog de espíritu creativo- empiezar por lo malo. Sánchez tuvo errores de manejo inaceptables, que no se soslayan con lo que deja anotado como bueno. Hay errores imperdonables.

En el tema selección por ejemplo. No se puede contratar a un entrenador sin experiencia suficiente como Juvenal Olmos para estarlo echando cada 20 días. No digo que Olmos no era capaz. Digo que en esas condiciones, ningún entrenador novato era capaz. Chile terminó peleando hasta el final porque las eliminatorias sudamericanas no sentaron supremacía como en años anteriores. Nunca hubo opciones reales, digámoslo con franqueza, aún con un buen equipo. Todo porque el trabajo del alma mater de la roja -la ANFP- generó ondas expansivas en vez de trabajar por la cohesión. ¿Moraleja? Esta directiva no tenía capacidad en el manejo de crisis.

Por más compadrazgo que hubiese a la hora de acomodar el naipe y ganar las elecciones, Sánchez y su gente fueron perdiendo adeptos por el estimable cuoteo que siempre favoreció a unos pocos. Como hace tiempo no se veía, estos directivos se autogeneraron una paralización de futbolistas, una crisis con el SIFUP y se ganaron el odio masivo en temas sensibles como la licitación de los goles. Esta, si bien se basa en que las imágenes inmediatas y del día venden a la usanza de otros países, en la forma dejó mucho que desear, lo estéticamente es definido como "no saber quedar bien con Dios y con el Diablo". No la supieron hacer. Mal manejo de sus asociados.

La relación de Sánchez con los medios siempre fue chocante y nunca supo darle autoridad a su cargo. Se dejó pasar a llevar porque es un hombre sin roce para hacerle frente a las crisis. Se auto impuso enemigos públicos cuando llamó estúpidamente a Bonvallet a conversar sobre la selección cuando se sabía por todos que su estímulo estaba supeditado bajo la innocua presión popular. Nulo autorespeto y con ello cosecho lo mismo del medio en general. Otro punto en contra.

Pero extrañamente tienen detalles no menores a favor, aunque no queramos reconocérselo. Bajo su diestra se concretó el sistema de campeonatos cortos, que pese a la indisposición de todos terminó siempre evolucionando en los números y hace poco nos dejó la final más esperada y recordada de los últimos años de fútbol chileno, al menos desde la protagonizada por la "U" y la UC en el '94. ¿Suerte? Puede ser. Pero tedremos que escuchar la jactancia de los actuales mandamases por ello.

Fíjense que Sánchez se retira de la ANFP con números azules siendo que asumió con cifras rojas en el flujo económico. Eso no es malo desde ningún punto de vista. Instauró el detestable pero necesario mercadeo de los goles, ese que en otros países genera divisas por millones de dólares y en Chile se perdía al alero de la "libertad de información". Un producto botado a la usanza de quienes querían usufructuar y que hoy es patrimonio inmediato sólo de los que pueden pagar. El libre mercado es tan maldito como patente en nuestras vidas modernas. Y como es lícito el acuerdo al que se llegó, por más que reclamemos hay qye detenerse en detalles como que el fútbol ganó porque poco a poco adaptó al hincha a esta realidad y las lucas igual quedaron en caja. Claro que esta vez los ingresos se ven por otros conductos nada más...

No voy a echar de menos a Reynaldo Sánchez. Ni hablar de Abdala o tantos otros verdaderos esperpentos dirigenciales. Pero las cuentas claras conservan la amistad. El "Choco Panda" entrega las arcas saneadas. Lástima que para equilibrar esas cifras negativas hayamos tenido que, paradójicamente, aceptar que otras virulencias enfermaran a nuestro querido y afligido fútbol chileno. Así no más es... No se puede tener todo en la vida.