domingo, julio 30, 2006

El clásico del pelotazo


Por Futbolero Mayor (Hugo Merino N)

Había expectación en esta zona por saber quien se adjudicaria el gran clásico local de la Primera B. Por eso no más fui a Collao y me decepcioné. Porque pensaba que iban a poner energía, que vería uno de esos partidos donde prevalece el juego dinámico y directo. Me equivoqué.
Lota Schwager ganó el encuentro sin extremar recursos y se llevó un triunfo al mineral en base a ordenamiento. Nada más. Porque no hay que ser un equipo de primera línea para ganar en el absurdo juego del pelotazo. Y el clásico de hoy fue precisamente eso. El Clásico del Pelotazo.
No se vieron grandes oportunidades de gol porque no se las crearon. Hubo expulsados de esos que malentienden la pasión por ganar como un choque dónde lo definitivo está en meter con todo incluso saliéndose de lo lícito. Tonteras que aprenden desde inferiores. Hubo emoción porque el entorno así lo indicaba. Pero el partido fue fome, magro, sin brillo. No me lo pueden negar los que fueron.
Tal vez lo pudo empatar el Vial, si el delantero paraguayo Maciel entendiera que este deporte es de once por más racha en la que ande el goleador. Tuvo dos opciones cantadas para ofrecérselas a Richard Zambrano, que viejo y todo jugó bastante bien aún. Maciel se jugaba la personal y terminaba ahogando las opciones de su propio equipo.
Tanto color le pusieron en la semana para calentar el duelo y fue en vano. Que las apuestas, que los dos venían en racha, que era él partido que abría la opción del ascenso para el que ganara, que aquí se veían los gallos, etc. Me gustó el orden que le imprime Jaime Nova a Lota desde el banco y también el nivel de Francisco Castillo y Patricio Morales, cuya movilidad e inteligencia en el campo se nota, más en elsegundo que está pasando por su mejor momento futbolístico.
Y Vial tiene la pura pachotada, quiere apelar a su tradición de ir al frente chocando cuando a veces es mejor bajar las revoluciones de la máquina y salir ordenadamente a buscar al rival. Ese desorden hizo que el partido cayera en un ritmo friccionado, lento y sin emoción real.
Es fútbol de la "B" me dirán los pseudoexpertos, siempre se juega así. Pero resulta que Melipilla va puntero y mirando hacia atrás porque pone o intenta poner la pelota en el piso. Y le va como dicen los números. Estos de hoy creen que el fútbol es una lucha. Y se equivocan. El fútbol es un juego. Donde gana el más inteligente y aplicado. Hoy, por ejemplo, ganó el más pragmático de los dos. Ven, si siempre es lo mismo. No hay grandes secretos en el arte del balón.