"Jogo prático"

Por El Fanatiche (Ricardo Pinto N.)

Tenían tan estudiado al rival que hasta vieron cuáles serían su malas apuestas. Apenas iban cinco minutos y a los africanos se les ocurre hacer la línea del off side. Error mortal. Ronaldo, gordo y todo se pega un pique de 30 metros -como si nunca lo hubieran visto jugando en España-, deja tirada a la zaga y cuando aperece el arquero, lo bibicletea y entra con la pelota hasta el arco. Sería todo. El artillero reventaba -como suponíamos- el récord histórico de Gerd Mueller y sentenciaba en el primer ataque las diferencias del duelo. Brasil lo iba a ganar por historia no más. Cuestión de oficio le llaman.
No es que yo sea burlesco o me ría de la pobreza del tercer mundo. Ni se le ocurra. Aunque -recomiendo- sería bueno que al mandarles alimentos y ayuda fraternal a los millones de niños del continente africano, no se les olvide embarcarles un container con balones y sobretodo arcos de fútbol. Para que se acostumbren desde chicos a definir sobre un punto fijo que no sean dos árboles gigantes.
Por más caricaturesco que parezca, las extensas praderas me dejan la impresión que que allí se generan las diferencias étnicas que los hace correr el doble que nosotros, con una entrega física encomiable. Pero mientras sigan errándole al marco, no habrá caso con su destino looser. Si algo tienen los equipos de ese continente es que no le hacen un gol ni al arco iris.
Ratomir Dujkovic, estratega del perdedor de hoy, tenía tanta fé que ayer dijo en rueda de prensa que sus Blacks Stars no sólo podían superar a Brasil sino que confiaba en llegar a semifinales. Tendría que nacionalizar a Eto'o y hacer un curso de cómo aprovechar las tácticas defensivas en favor de uno y no del adversario puede que logren algún objetivo en el futuro. El mismo entrenador señaló que Michael Essien, suspendido, no le iba a hacer falta. Al final de match dijo que fue crucial. Para llamarse Black Stars tiene poco de ello. Las estrellas del fútbol tiene que saber lo básico. Hacer goles en el pórtico contrario.
Brasil los esperó, entregó el terreno, dosificó y como suponía -yo al menos-, se sacó de encima la llave sin extremar fuerzas. Un juego demasiado pragmático, casi una aplicación de la teoría futbolera a la perfección. Sabiendo hasta dónde el rival podía hacer daño y cual era los momentos exactos del partido en que había que apurar y aventurarse para conseguir un abultado e irrefutable resultado.
Ahora, viene una llave de cuartos infartante. Contra el ganador de España y Francia. Momento preciso en que puedo apostar que aparecerea el ausente Ronaldinho, que hasta hora parece que juega sin presión, sin tener que demostrar su valía. Ronaldo ya consiguió su meta, Adriano jugando mal ya lleva dos tantos, los volantes mixtos funcionan a la perfección en tareas ofensivas y sólo les falta afinar el quitre y la recuperación. Volverá Robinho que es una carta de lujo. Parece, en suma, que recién se están soltando y ya están entre los ocho mejores. Sin complicarse ni sudar una gota más de lo necesario. Cuidado con estos, que si se juntan, yo le pongo la firma. Hay que sentarse a esperar por cuanto ganan no más.