El "Cholo" dice adiós a contratiempo

Por Satelito

Tuvo que adelantar el retiro. Cuando Diego Pablo Simeone llegó a Racing cumplía el sueño de terminar su periplo por el fútbol mundial en un club grande, en uno de sus amores ocultos. Su carrera que comenzó en cancha del Lobo, en La Plata en aquella derrota de su primera camiseta, Velez Sarfield, el 13 de septiembre del '87 terminaría feliamente para él en Avellaneda. Jugó en el Pisa, en el Inter de Milán y la Lazio de Italia, Atlético de Madrid y Sevilla de España más dos mundiales con la camiseta de la selección argentina.
Ya había adelantado su retiro para junio de este año, con la finalización del torneo clausura 2005 (allá es al revés, clausura y luego apertura). Pero el mal inicio de campaña del técnico Fernando "Teté" Quiroz lo llevó a dar un paso al costado. El Presidente de Racing, Fernando Marín convenció al "Cholo" para que dejase la actividad y sólo un par de horas después ya habían acordado que a partir del 20 de este mes, Simeone será el nuevo entrenador de la Academia, y con ello de los chilenos Villanueva y Mirosevic. Contará en este desafío con los ex internacionales Nelson Vivas y Matías Almeyda, retirados y miembros de su debutante staff técnico.
Es imposible olvidar los años de Simeone vistiendo la camiseta de su país. Daba envidia ver como el volante peleaba cada balón como si en ello se le fuese la vida. Nunca arrugó, nunca sacó la pierna. Si había que tomar las banderas era el primero. Si había que ser vehemente era pionero en mostrar la garra argentina. Lució con orgullo la jineta de capitán heredada por Diego Maradona tras el mundial de EEUU 1994. En Madrid tuvo sus más memorables campañas de su extenso capítulo europeo. Jugador predilecto del fallecido magnate colchonero Jesús Gil y GIl, Simeone dejó grabado su nombre en los pastos del Vicente Calderón con una entrega que superaba cualquier análisis. De aceptable corte técnico y excelente cabezazo, Simeone deja una marca registrada de garra y trajín dentro de un campo de juego. Y ahora, tras su último partido oficial (el clásico ante Independiente en dos semanas más) podrá comenzar a escribir otra memorable historia. La de un técnico identificado con el rasgo intrínseco del sello futbolero argentino. Ese que impone su calidad a punta de sudor y entrega inagotable. Que así sea, "Cholo".