lunes, febrero 06, 2006

Clubes de la Octava región: ¿Matadero de cracks?




Por El Fanatinche

La paciencia no tiene límites, dicen por ahí. Pero claramente a Rodrigo Millar se le acabó y su malestar es patente. No es para menos. Lleva varias temporadas en el Complejo Las Higueras regalando talento. Demasiadas para mi.
Tanto interés ha despertado su habilidad que el volante tiene diversas historias que contar respecto a ofertas recibidas por contar con sus servicios. También demasiadas para mi gusto. Y la última propuesta concreta llegó nada menos que desde España. Venía del Alavés, el colista de la liga. Pero de la Liga de las Estrellas. Ofrecían 750 mil dólares y en el seno de la siderurgia increíblemente les pareció poco. Querían un millón doscientos mil.
Al "Chino" le están cortando las alas. O las piernas como inmortalizó Maradona. Podrán decir que su irregularidad no le permitiría triunfar fuera de nuestras fronteras. Puede ser, pero hay que darle la oportunidad de probarlo. Tengo la tesis de que su criticada curva de rendimiento oscilante precisamente se afecta por esta suerte de hastío emocional, todo a raíz de la abulia que a Millar le genera lo rutinario que significa ser una promesa consagrada.
Sólo en un club con mayor exigencia y aspiraciones (incluso uno grande de Chile) el volante encontrará motivación para convertirse en la luminaria que todos esperamos hace varios años. Tiene talento pero Huachipato no le sirve para fulgurar. La responsabilidad es de los dirigentes del club, que al parecer quieren hacerse ricos con un jugador que precisamente, no cobra sueldos correspondientes a una carta de un millón de dólares.
En otras ocasiones, el responsable del absurdo desperdicio es el Director Técnico. Sospechosamente, en Universidad de Concepción es titular un delantero uruguayo llamado Ismael Espiga. A él lo libero de culpa. Su único pecado es ser malo para la pelota. Quien debe responder es Gualberto Jara. El entrenador paraguayo, que pone 90 minutos a un atacante instrascendente como el menionado antes relegando a la banca a una potencia como Ricardo Parada, que de joven tiene ya muy poco para la carrera de un futbolista. Ese mismo delantero que necesita minutos en el fútbol grande, que ya mostró nivel suficiente por la selección sub 20 y requiere regularidad para alcanzar su peak de rendimiento.
Mi problema con Jara no pasa porque tome decisiones de quién y cuándo juega. Su traba está, para mi gusto con dejar fuera a un elemento proyectable, querido por la hinchada y con un futuro concreto y esplendoroso. Ese que no necesita materializarse a los 23 años sino ahora. Para ello, el "Pescadito" tiene que jugar. Debe ser titular porque quienes lo tapan no ameritan estar por sobre su opción.
Entonces, que la prensa se mancomune y comience a apretar a estos entes dañinos para nuestra consagración futbolística. Dirigentes desorbitados como los de Huachipato, técnicos equivocados como Gualberto Jara en la universidad penquista. Que Millar y Parada no se conviertan en los nuevos Sandro Navarrete, Patricio Almendra o Jorge Toledo de la región. Jugadores de talento inconmensurable que se perdieron por malas decisiones de terceros. Eternas promesas incumplidas que nuestras canchas vieron pasar como grandes proyectos que jamas despegaron. Aunque combustible les sobraba en el estanque. Por desgracia para ellos...

3 Comments:

At febrero 06, 2006, Anonymous Anónimo said...

Millar tiene que jugar en Méjico. Ahí va a ganar plata sin sudar mucho.

 
At febrero 06, 2006, Anonymous Anónimo said...

Otro bueno era el Chupete Cartes. También se perdió

 
At febrero 06, 2006, Anonymous Anónimo said...

Almendra nunca fue promesa, no ven que es trotón

 

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