De Capitano a paje
Por El Fanatinche (Ricardo Pinto N.)
Ya no hay vuelta. Acá hay responsables y todos hablan de la crisis azul sin poner las cartas sobre la mesa. La Universidad de Chile no es un chiste -aunque por estos días lo parezca- y en las grandes empresas se hacen sumarios para buscar responsables. En este descalabro hay varios.
Las estadísticas dicen que este es el peor inicio de campaña en la historia de la "U". Puede ser. Lo claro es que estamos ante más que fríos números. El chuncho toco fondo y un par de mandamases del club
no saben nadar lo suficiente como para salir a flote.
Salvador Capitano, que ni salva ni sirve de líder para la situación que amerita su nombre, adolece de categoría. No sabe parar un equipo teniendo una de las mejores columnas vertebrales del fútbol chileno (Pinto, Ponce, Iturra, Arrué, Galaz) lo que en el papel debería alivianarle la carga. Pero su responsabilidad llega hasta allí.
Sepa usted que este autodenominado gestor de la revolución futbolera en Ecuador tiene currículum sólo para hacerse cargo de un equipo del montón. Lo lamentable es que el único antecedente de prensa nacional existente es una entrevista realizada en Pelotas de Canal 13, donde el pánfilo de Rodrigo Vera se come el mito de que este tipo es un elegido.
Era cosa de averiguar -algo que la vegetativa prensa "especializada" chilena no hizo- para saber que e entrenador es persona non grata en Guayaquil, donde se farreó una generación de jugadores en un Barcelona campeón sub 19 y trabajó refrendado por dólares sucios solventados desde el régimen político de
Abdalá Bucaram. Por ello alineaba a su hijo junto a una tropa de desechados trasandinos que compartían su método ultradefensivo. Algo que seguro le suena familiar en la realidad de los azules por estos días. Su "h¡gran" descubrimiento -el mejor jugador en la historia del Guayas según sus propias palabras- es el flojo pecho frío de Iván Kaviedes.
Sin embargo, el verdadero culpable de este desastre es el sobrevalorado gerente técnico del club, Sergio Vargas. Uno que ya brilló en la cancha tanto como ennegrece sus aportes a la "U" con pésimas desiciones avaladas en su prepotencia. El lo trajo, lo recomendó y es el principal escollo para que el técnico deje hoy una banca que le quedó grande.
Pero faltan piñatas por apalear. La que tal vez suma más errores en su bitácora es la figura del hiperventilado síndico Juan Manuel Edwards. Incapaz de asumir que los equipos de fútbol no son simples empresas sino que contienen una impronta pública por derecho natural, el administrador se ha dado lujos imperdonables para una institución con el peso histórico y popular de la "U". Dejar fuera del proceso a Marcelo Salas por desaveniencias económicas es casi como intentar solventar la empresa con todos los productos chicos en el mercado excepto el valor estrella. Cualquiera sabe que Salas, gordo, treintón y amurrado lleva cinco mil personas al estadio -aunque sea para putearlo de la barra rival- y genera un imán en la hinchada que no cualquiera en este país es capaz de engendrar por su sola presencia. Ni hablar del item liderazgo o su capacidad de anotarle un gol de baby a Colo Colo en su propio estadio. Eso queda para los grandes.
Edwards es el responsable que la tropa de delincuentes disfrazados de barristas siga operando con total impunidad y sean quienes con su cerebro de maní celebren al primer individuo que se ponga la camiseta, sin el más mínimo sentido de la exigencia. Prometió disuadir el foco y no lo hizo. Fue incapaz de manejar la crisis de los estadios donde jugar, no clarificó cuándo y dónde se perdieron los millones que recaudó el club con tanto traspaso y éxito deportivo en los últimos diez años. Su fracaso es el detonante de esta tragi-comedia de marca mayor.
Entonces, cuando uno quiere encontra la luz para salir del túnel debería apelar a lo más básico. Al nombre, la Universidad de Chile. Nada peor. Allí están esas termitas de libros vestidos con traje que miran entre bostezos como el nombre de su alma mater se pasea en los pasillos de la incertidumbre, sin que nadie salga a golpear la mesa como se debió hace ya tiempo. Los académicos saben de todo menos de fútbol y eso es otro punto en contra.
¿Qué hacer? Acá se tienen que ir varios. El problema es que nadie tiene el poder de echarlos de una buena vez y cerrales la puerta en las narices. Vamos de mal en peor.
Ya no hay vuelta. Acá hay responsables y todos hablan de la crisis azul sin poner las cartas sobre la mesa. La Universidad de Chile no es un chiste -aunque por estos días lo parezca- y en las grandes empresas se hacen sumarios para buscar responsables. En este descalabro hay varios.
Las estadísticas dicen que este es el peor inicio de campaña en la historia de la "U". Puede ser. Lo claro es que estamos ante más que fríos números. El chuncho toco fondo y un par de mandamases del club
no saben nadar lo suficiente como para salir a flote.
Salvador Capitano, que ni salva ni sirve de líder para la situación que amerita su nombre, adolece de categoría. No sabe parar un equipo teniendo una de las mejores columnas vertebrales del fútbol chileno (Pinto, Ponce, Iturra, Arrué, Galaz) lo que en el papel debería alivianarle la carga. Pero su responsabilidad llega hasta allí.
Sepa usted que este autodenominado gestor de la revolución futbolera en Ecuador tiene currículum sólo para hacerse cargo de un equipo del montón. Lo lamentable es que el único antecedente de prensa nacional existente es una entrevista realizada en Pelotas de Canal 13, donde el pánfilo de Rodrigo Vera se come el mito de que este tipo es un elegido.
Era cosa de averiguar -algo que la vegetativa prensa "especializada" chilena no hizo- para saber que e entrenador es persona non grata en Guayaquil, donde se farreó una generación de jugadores en un Barcelona campeón sub 19 y trabajó refrendado por dólares sucios solventados desde el régimen político de
Abdalá Bucaram. Por ello alineaba a su hijo junto a una tropa de desechados trasandinos que compartían su método ultradefensivo. Algo que seguro le suena familiar en la realidad de los azules por estos días. Su "h¡gran" descubrimiento -el mejor jugador en la historia del Guayas según sus propias palabras- es el flojo pecho frío de Iván Kaviedes.
Sin embargo, el verdadero culpable de este desastre es el sobrevalorado gerente técnico del club, Sergio Vargas. Uno que ya brilló en la cancha tanto como ennegrece sus aportes a la "U" con pésimas desiciones avaladas en su prepotencia. El lo trajo, lo recomendó y es el principal escollo para que el técnico deje hoy una banca que le quedó grande.
Pero faltan piñatas por apalear. La que tal vez suma más errores en su bitácora es la figura del hiperventilado síndico Juan Manuel Edwards. Incapaz de asumir que los equipos de fútbol no son simples empresas sino que contienen una impronta pública por derecho natural, el administrador se ha dado lujos imperdonables para una institución con el peso histórico y popular de la "U". Dejar fuera del proceso a Marcelo Salas por desaveniencias económicas es casi como intentar solventar la empresa con todos los productos chicos en el mercado excepto el valor estrella. Cualquiera sabe que Salas, gordo, treintón y amurrado lleva cinco mil personas al estadio -aunque sea para putearlo de la barra rival- y genera un imán en la hinchada que no cualquiera en este país es capaz de engendrar por su sola presencia. Ni hablar del item liderazgo o su capacidad de anotarle un gol de baby a Colo Colo en su propio estadio. Eso queda para los grandes.
Edwards es el responsable que la tropa de delincuentes disfrazados de barristas siga operando con total impunidad y sean quienes con su cerebro de maní celebren al primer individuo que se ponga la camiseta, sin el más mínimo sentido de la exigencia. Prometió disuadir el foco y no lo hizo. Fue incapaz de manejar la crisis de los estadios donde jugar, no clarificó cuándo y dónde se perdieron los millones que recaudó el club con tanto traspaso y éxito deportivo en los últimos diez años. Su fracaso es el detonante de esta tragi-comedia de marca mayor.
Entonces, cuando uno quiere encontra la luz para salir del túnel debería apelar a lo más básico. Al nombre, la Universidad de Chile. Nada peor. Allí están esas termitas de libros vestidos con traje que miran entre bostezos como el nombre de su alma mater se pasea en los pasillos de la incertidumbre, sin que nadie salga a golpear la mesa como se debió hace ya tiempo. Los académicos saben de todo menos de fútbol y eso es otro punto en contra.
¿Qué hacer? Acá se tienen que ir varios. El problema es que nadie tiene el poder de echarlos de una buena vez y cerrales la puerta en las narices. Vamos de mal en peor.
12 Comments:
Toda la razon Master
1.- Harto penca debe ser CapitAno para que su maximo descubrimiento sea "Pincelada" Kaviedes
2.- Salas, gordo y lento, le da mil patadas a "Huevo" Soto y Pato "MALactico" Galaz
3.- Vargas se preocupaba mas de su bienestar que del bienestar del equipo. Cuando llego a la Gerencia Tecnica, saco a todos los que habian tenido problemas con el
4.- Edwards debe aprender que el esta ahi para ordenar economicamente a la U, no para dirigir el equipo ni para darle oportunidades a los "niños" de la barra. Un nuevo Orozco, a este paso se viene la Escuela Libre 2.0
Eso seria
Saludos
PD: Gracias por el dato del concierto de Mr. Waters en Argentina
Que dato, pucha que sos paleteado
Hay que echar a todos los giles de la U, estos viene a robar la plata y creen que están el el Tricolor de Paine, juajuajua
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maestro, volví después de algún tiempo desaparecido. Ya aporto algo cuando pueda. Está mal la U y me parece que deberían sacar al entrenador para empezar.
Se dan cuatro nombres: Bigorra, Aravena, Musrri y Castañeda. Cuál pondría usted, master.
Saludos
Mr Urrutia: Creo que a Galaz hay que esperarlo. Mientras no se un año, todo bien, jaja. El problema es que la U no llega ordenada para que sus puntas luzcan. Si se queda Capitano y entra a jugar Pinilla, le aseguro que esta U algo angustiada tirará centro todo el rato. Fijo.
Rodriguez: Entra al blog del muchacho y verás. Pero en fin. Roger Waters en vivo, sábado 17 de marzo, www.kabul.com. No vayas a buscarlo en la radio pues, gil, jajaja.
Beto: Bigorra es ofensivo y conoce el club. Aravena es mi candidato sin lugar a dudas. Imprime coraje y no deja de jugar hacia adelante con buen trato de balón. A Musrri le falta hacer más campaña, en Melipilla está bien. Bonvallet no puede llegar a la U simplemente. Dejémonos de probar amateurs en el Caracol.
Los dos para afuera. Dicen que Salah otra vez, el Lulo en ese caso.
Yo no le perdono a Edwards que haya echado a Salas y a Rivarola. Esos eran delanteros de fuste.
a Rivarola lo echo Pinto
Urrutia tiene eco, jajajaja
Ole olé, ole olá, con esta mierd... no pasa ná, jajajaja
Los echaron, master, los echaron. Viva, urra, milagro!!!! ¿Hoy jugamos contra Naval en Collao escuché?
Se veía venir. Que ahora lleven a Lucho Musrri para que hunda más a la U todavía
Los echaron, Vaccia al poder. Bonvallet anda a entrenar pendejos universitarios, ajajajaja
ACUÑA HIJO DE PUTA....LLORARI POR TODO, TE PIERDES LOS PENALES CLAVES EN LA CATO Y LLORAS....DESPUÉS TE VAS A LA U COMO SI NADA...MALDITO TRAICIONERO, ESOS JUGADORES DEBERÍAN EXILIARLOS, PELAO DE MIERDA....ME ALEGROQUE A LA U LE VAYA MAL Y OJALÁ BAJES A SEGUNDA ACUÑA LLORÓN.
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