¿Se creen Trivelli?

Por Betinho Batista (Alberto Torres Puga)

Resulta que cuando más se necesita del apoyo de todos, es la propia autoridad la que quiere salvar su pellejo a costa de los equipos de fútbol. Hoy existía una importante reunión entre los directivos de Lota, el alcalde de Coronel y el prefecto de Concepción.
Lamentablemente hasta hace algunas horas, me contaba un compañero de trabajo de Coronel que los habían perjudicado y les cambiaron el partido trasladándolo a Collao. Tenía el mensaje listo para despotricar de pura rabia. Para gracia de los esforzados hinchas lotinos, me enteré por una acertada crónica del señor Hans Loosli en Puro Fútbol que alguien escuchó los siempre efectivos pataleos del alcalde Carvajal y revirtió el informe, ese que sería enviado a la Intendenta Tohá. El partido se juega en Schwager.
Había un señor muy mediático en la Intendencia Metropolitana. Se llamaba Marcelo Trivellí, aquél de la foto, el mismo que bajaron en la candidatura al municipio de la capital para que lo recuerden. Este señor, junto con Ximena Rincón y algunos de sus antecesores militantes de la DC son los principales culpables de la estampida familiar desde los estadios en beneficio de los barristas bravos. Ellos inventaron aquella medidad a la europea (raro si estamos en Sudamérica) de los altos riesgos, que coharta la entrada de público, prohibe vender alcohol en las cercanías afectando a comerciantes y todo eso que usted ya sabe.
Alguien en carabineros de la prefectura penquista tuvo la absurda idea de privilegiar el espectáculo multicolor, que vendrían muchos hinchas rangerinos, que necesitaban más capacidad de aposentadurías, de los accesos y todo lo que, a primera vista parece criterioso. A no ser por un pequeño detalle. Lota juega el partido más importante en sus últimos años de historia, uno que puede devolverle un nivel de estandar que no ostenta desde temporadas añoradas por la sufrida zona, uno que en noventa minutos puede definir el sacrificio de un grupo durante todo un año. No es un partido más. El alto riesgo, que lo asuman los lotinos. Pero privarlos de su única arma de ventaja para lograr el ascenso, de esa complicada cancha que no permite el acomodo del rival era una absoluta estupidez.
Es cierto que en los tiempos que corren necesitamos seguridad. Pero la mayor seguridad es que las personas comunes ocupen los lugares de todos, no que se priven en detrimento propio y beneficio de los más descabellados. Por eso, si Lota jugaba en Collao y era elimando por Rangers, la batahola iba a ser igual.
En el Federico Schwager, los mineros tendrán que ser responsables y asumir las consecuencias de esta definición. Esta bien. Pero privarlos de la ventaja deportiva, la mis que define instancias tan definitivas era demasiado erróneo. Es de lo poco que tenía Lota a su favor. No podían salir las mismas autoridades locales a lanzarle zancadillas. A todos nos conviene que Lota Scwager suba a la primera serie. No nos veamos la suerte entre gitanos. Menos ustedes, que han fracasado sucesivamente en sacar a esa zona del desempleo y la tragedia. Ya está bueno que dejen de perjudicarla para cuidar sus burocráticos asientos.