Siete por dos

Por Satelito (J. C. Araneda)

Estas imágenes tienen un enorme significado para la actualidad noticiosa del fútbol local y como siempre, la cobertura fue nula. Este domingo se jugó el Clasico de La Plata en el Estadio Único de esa ciudad y el Estudiantes de Simeone le propinó una boleta de proporciones a Gimansia y Esgrima, futuro rival de Colo Colo en Copa Sudamericana.
Y qué tiene de especial dirá usted. Bueno, en Argentina los clásicos no son como acá en Chile. Si pierdes con el enconado rival y sales campeón queda una deuda pendiente y la celebración no es tan desbordada. Si le ganas a tu eterno enemigo y este gana el título, tendrás una razón para cargarlo.
Cuando se pierde un partido de esta índole te puede costar el puesto o la antipatía eterna de la hinchada. Una muestra es la que sufrió el ex ídolo boquense Miguel Angel Brindisi, que tras perder un clásico decidió abdicar al cargo de entrenador. Lamentablemente, lo anunció en los camarines del Estadio Munumental en Nuñez. Ese día el ex goleador xeneise de la época de Maradona dejó de ser un referente para muchos seguidores del campeón trasandino. Eso no se hace.
Esos mismos pasillos vieron una tromba cuando el mismo Boca le ganó a domicilio por última vez el elenco millonario en su cancha. El damnificado fue Manuel Pellegrinni, el técnico chileno. Renunció a fin de temporada porque desde esa semana jamás soportó la presión, aún teniendo un título y un subcampeontao sudamericano en los logros obtenidos.
Gimnasia no sólo perdió, lo golearon, le pasaron por encima y el partido casi se suspende debido a los escándalos generados por hinchadas en alta ebullición. El sólo hecho de que El Lobo se encuentre clasificado en la Nissan Sudamericana es lo que mantiene a Pedro Troglio sujeto a la banca pero a partir de hoy, ese vestuario quedó seriamente dañado. Más de algún "trauma" le va a generar que al frente tiene un equipo que rompió el recod de goles en la copa continental, que viene de hacer siete goles en el plano internacional. Casi una persecución.
Es cierto que los equipos argentinos son superiores a los chilenos por donde se les mire. Aunque no nos extrañermos que Colo Colo tenga la suerte de encontrarse a un rival que aún estará tocado, afectado y sin la cohesión necesaria para sacarse de encima una derrota tan abultada como la que le encajó la banda de Verón, Pavone y Caldera. Esta fue una boleta difícil de olvidar. No pudo ser en mejor momento.