Borghi sigue apilando fama

Por Futbolero mayor (Hugo Merino Narváez)

No es tan difícil analizar por dónde pasó el resultado de hoy en La Plata. Usted sabe que acá siempre decimos que los medios no se preocupan de lo importante y le dieron una tremenda importancia a un tema que no lo tenía: lo de los hinchas que iban a viajar. Finalmente, la noticia estuvo en la cancha y ojalá que en vez de subirse a carros triunfalistas, los expertos se dediquen a darle la rutilancia exacta y a concordar que "El Bichi" es más pintoresco por cómo para en la cancha esta camada de futbolistas chilenos que si viaja en avión o auto.

Echen a andar la memoria. Recuerden no más cuando el mismo Colo Colo fue criticado por su planteamiento ofensivo suicida y algunas luces se vieron en la revancha contra Chivas en Guadalajara. Esa vez de seguro el mensaje fue juguemos relajados total ya estamos abajo, no hay nada que perder. Hicieron un buen partido y algo se vio de la idea final que se intentaba plasmar.

Seguramente, al apreciar las caras de tranquilidad con que los componentes del plantel albo esperaban el partido ayer uno también podía entender el mensaje tranquilizador. Vayamos a entretenernos de la mitad para arriba porque los desesperados son ellos y los argentinos no saben controlar la derrota. Dicho y hecho. Seguro algún estratega chileno le habría dado ínfulas a sus muchachos para que salieran a enfrentar una guerra. Borghi no. Jugó con los grandes. No conoce la presión.

Colo Colo sabia perfectamente que Troglio conocía sus flaquezas (tanto que Olave tenía estudiado a Fernández y le atajó el clásico penal al medio) pero no tenía muchas alternativas para ponerlas en jaque. Le plantó tres delanteros que claramente elevaron centros sin asunto y que fueron controlados por la bien plantada línea de zagueros. Sólo en la segunda parte, uno que otro canchereo de la defensa alba propició peligro. Gimnasia no tenía más argumentos para descolocar el gran trabajo comandad por David Henríquez.

Como Sanhueza y Melendez hicierono un gran partido en labores de recuperación (la parte vital del esquema de Borghi), al trío ofensivo de Sánchez, Fernández y Suazo le llegaron balones y si no golearon es porque les sobró personalidad y les faltó jerarquía. El Lobo no fue nunca rival de eso y tal como lo había planificado el entrenador albo terminaron golpeando, cometiendo faltas innecesaris, con expulsados, descontrolados y quedando a expensas de una boleta que para su debacle segura afortunadamente no llegó.

Histórico no fue. El contendor no tenía grandes credenciales como sí las debiese tener el próximo: San Lorenzo (el más seguro) o Toluca. No sólo porque ya hay más plantel de cuidado, sobretodo en Los Gauchos de Boedo. Sino porque en la banca hay otros dos técnicos "mañosos", con experiencia y gran capacidad de lectura estratégica: Ruggeri y Gallego.

Ahora, si me preguntan, Borghi es más "vivo" que estos dos juntos.