Ghost 2

Por Futbolero Mayor (Hugo Merino N.)

Mucho ruido y poco fútbol. Así se resume el magro examen rendido por "La Nueva Roja" de Nelson Acosta en su primer encuentro preparatorio en casa. No me gustó, quedé con dudas y mucha amargura. No porque tuviese grandes expectativas en este Colo Colo de rojo como decía un compañero de trabajo que me acompaño a ver el partido frente a la pantalla. Nada que ver. Si Colo Colo es un equipo claro y armado de otra manera. Este es el típico grupo a lo Acosta, que se queda sin argumentos cuando debe asumir el rol protagónico.

Tanta cosa con el trío mágico que me quedé esperando que apareciera. Por su cuenta. Fernández en la primera etapa y en el final del partido o Valdivia en el comienzo del complemento intentaron cambiar la suerte del seleccionado para darle algo de de orden. Pero había un completo despelote, un cuadro pésimamente estructurado, sin chispa y con un grave problema. Si con Juvenal Olmos, Chile perdía su poco fútbol en los llamados volantes mixtos desplazados por las bandas, ahora pasamos al otro extremo. Costados entregados a la voluntad colombiana y con un grupo de chilenos centralizados en el campo chocando contra ellos mismos.

Si hay que analizar por bloques, la defensa tiene un sólo punto rescatable. Por decirlo de alguna manera, ya que Gonzalo Jara se atrevió a buscar alguna alternativa de salida pero llegando a la mitad le entregaba el balón a alguno de los inhertes armadores nacionales. Y Colombia esperaba cómoda en el último tercio.

Lento Olarra, impreciso Rojas y muy poco gravitante Zenteno. Ni hablar del arquero Claudio Bravo, como para darle el crédito a mis compañerps del blog que piden a gritos una oportunidad para Johnny Herrera. Incluso a ratos Miguel Pinto parece estar mejor preparado. Cuando Bravo tiene que jugar por arriba (y lo anunciaba Leal a modo de joda en el blog del diez) es una total incognita. Hay días en que está impasable. Tan común como las ocasiones en que pierde balones fáciles y regala partidos como el de hoy.

La mitad del campo es un puzzle no resuelto en los últimos procesos de la selección y por eso es que entrenadores como Acosta u Olmos no deberían estar en la banca. Hay un grave lío de conciencia, no se trata de conocer o no el fútbol chileno, sino de darle un giro, como lo hace Borghi. Hay que acelerar y dejar de trasladar la pelota dejando al rival esperar instalado en su zona defensiva con una marca hombre a hombre. Interesante lo de Rueda, que puso a Anchico y Casierra marcando las orillas, a González sacando la defensa del fondo, a Vargas como contención para tener juego preciso tras el quite, a Soto y Marín tirando centros precisos lugo de ganarle la espalda a los desprotegidos laterales chilenos.

Mientras en Chile, Maldonado ayudaba a todo el mundo pero terminó más instalado en campo chileno que contrario. Sanhueza fue figura que correteó a los cafeteros pero su desorden demuestra la inconsistencia de la banca. Luis Jiménez necesita más concentraciones y menos discotheque y arriba Suazo fue medianamente interesante cuando encaró en la zona definitiva. No yendo a buscar el balón atrás, pues es un atacante de área. Mejoró ele equipo con Sánchez pero tuvo poco tiempo para demostrarlo en cancha.

Chile, en definitiva necesita un cuadro equilibrado. Eso aún no se entiende. Algo así como desterrar la teoría absurda de que con más delanteros en cancha tienes más gol. Hoy sobraron los habilidosos y faltó futbol. Una paradoja. Más que Mark González o David Pizarro lo que necesitamos es lo mismo que nos penó de local en las eliminatorias pasadas. Jugar a algo. Chile hoy no jugó a nada. Y Colombia, con gente nueva en su nómina pero una línea definida hace rato, nos vino a robar las esperanzas en nuestras propias narices.