No maten el fútbol

Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)

No me queda más que centrar la atención de lo acontecido en Higueras dónde realmente estuvo. Porque la idea de Konrad Scheel o del plantel y cuerpo técnico acerero de llevar el partido frente a la "U" a las Higueras demostró su absoluto desconocimiento, flaqueza y desapego con la realidad del fútbol chileno. Tanto así que el mismo gerente andaba presionando al arbitro para reanudar un partido sin importancia (ni siquiera era vital) cuando el entorno del estadio permanecía en llamas.
Algo tienen en esta zona que siempre están dando jugo cuando tiene que dar ideas. ¿Por qué Huachipato no llevó el partido hasta el Municipal de Concepción, lugar dónde los innumerables brazos de la barra brava azul puede llegar al terminal de Buses, entrar al estadio, salir de este y alejarse de la ciudad sin tantos riesgos?
Hace unas semanas, en la sección de las Pildoritas, Ocares hablaba del verdadero paseo dominical en que se ha convertido ir a los partidos de Huachipato desde el cerro mismo. Algo que por lo demás, se sabe hace varios años. No es que lo hayamos descubierto nosotros. Pero cuando hay venta de cigarrillos, alcohol y se controlan hasta más de un millar de fanáticos sin control policial me nace la siguiente pregunta. ¿Si no era este sábado, era impredecible que se prendiera todo ese entorno de pastizales si tanta gente asiste irresponsablemente a ver el fútbol desde los faldeos del cerro?
La responsabilidad entonces es aquí de la institución siderúrgica. Nada de andar apuntando con el dedo a los delincuentes que vienen con free pass a ver el fútbol. El sentido común indica que si hay predios forestales cerca deben estar debidamente alejados del estadio, así como cerrados los accesos a sus improvisados aposentos.
Estaban preocupados del espectáculo futbolístico y al final nadie terminó hablando de este. Jugaron solos (la "U" paró un equipo sin figuras y pensando en el clásico) así que al final el partido dentro del campo ya quedó en el olvido. Y todavía mostraron por televisión a todo el país la debilidad de su estadio, ese mismo que tantas comodidades y estilo europeo (como el de las grandes instituciones) dice tener y que está en medio de un bosque que, de encenderse de verdad (agradezcan que aquí no hubo intenciones mayores de hacer daño) se transforma en una verdadera trampa mortal.
Huachipato, aunque les duela, no está en condiciones de definir dónde juega contra los grandes, ni la fecha ni a la hora que quiere. De una vez por todas (y ojalá despavile porque todavía no sabe bien dónde está parada), la nueva Intendenta María Tohá saque el manual de qué hacer ante eventos de alta convocatoria (no confundir con alto riesgo que en Concepción y alrededores es imposible que se produzcan) y comience a rayar la cancha, a delinear fórmulas para que de una vez por todas este desorden innecesario y absurdo termine por el bien del hincha del fútbol. Sólo una cosa más, señora Intendenta, que el manual por favor, no sea el mismo que ocupaban Trivelli o Ximena Rincón en Santiago, dónde la seguridad terminaba perjudicando la actividad. Si al final (como también va el apunte para el gerente de Huachipato), ustedes son profesionales, personas inteligentes. Supongo que podrán calcular y hacer dos cosas bien a la vez sin perjudicar una u otra. ¿O acaso me equivoco?