Tiembla el record

Por El Fanatinche

Si de números históricos se trata, el fútbol siempre está rodeado de ellos. Algunos dan para la atención total y otros para la única pretesión de llenar hojas sin más razón ni sentido que llenar espacio en los diarios. Uno de los que más nos gusta tiene que ver con romper los records, pero los importantes, los quee marcan un antes y un después.
No hay nada más oriundo en el fútbol que el gol. Ni raza más aplaudida que la de los goleadores. Por estos días, dos debates se instalan en la retina a partir de dos marcas históricas que estána punto de quebrarse. Una, más cercana, la de Francisco Chamaco Valdés, el célebre volante ofensivo del Colo Colo '73 que tiene a su haber la máxima cantidad de goles anotados en torneos oficiales chilenos. Suma 215 y es amenazado por un longevo delantero de memorables campañas en Universidad de Chile y Cobreloa. Pedro Heidi González.
Ciertamente, uno ve jugar a González y se da cuenta que el hombre esta jugando el tiempo suplementario. Que ya no muestra ni la energía ni el estado físico de hace algunos años y que su capacidad ofensiva está enormemente disminuída. Sin los enganches, el aguantar la pelota con maestría ni el oportunismo de años dorados. Cabe entonces dubitar si merece el sitial de máximo escorer chileno cuando el poseedor de la marca terminó sus días por el césped con notable rendimiento.
Más allá de lo que indiquen los asérrimos defensores del fútbol antiguo, me parece que Heidi merece que lo tengan en cancha, que le permitan seguir tras su sueño aunque sea sólo para patear los penales y acortar la diferencia con Valdés. González es un hombre de notables campañas, llevó a sus equipos a ganar torneos nacionales y su capacidad frente al arco rival sólo se compara en los últimos años con la del notable Rubén Martínez de Cobresal y Colo Colo a principios de los '90. Siendo francos, por más acabado que se le vea, los cuatro goles que separan al valdiviano del techo histórico se concretarán, aunque sean en dos años más y jugando los descuentos por el equipo que sea.
El otro ejemplo tiene ribetes mucho más trascendentes. Si el francés Fontaine fue una verdadera máquina en el mundial de 1958 marcado 13 goles en sólo un torneo (escorer que puedo firmar no se repetirá), Gerd Muller, el torpedero alemán ostenta la marca ofcial de mayor goleador en la historia de las copas del mundo con 14 anotaciones. Y quien lo amenaza es nada menos que Ronaldo, el criticado delantero del Real Madrid, resistido incluso por algunos de sus compatriotas para defender el título en el mundial germano en junio próximo.
Carlos Alberto Parreira, técnico del scratch dejó definido el tema. "Si Ronaldo juega mal es porque se está reservando para el Mundial" dijo. Lo que a ciencia cierta parece un despropósito podría cumplirse. El galáctico atacante cuenta a su haber con 12 dianas, y necesita de tres para inscribirse como el goleador histórico en las citas mundialeras. ¿Los conseguirá? En aproximaciones reales, hay que entender que no estamos hablando de un afortunado de campañas del pasado y que hoy deambula cerca del retiro. El carioca es capaz de completar la cuota en un sólo partido y sin más ayuda que el fútbol asociado de su temible escuadra, que por filosofía, juega siempre para un delantero estrella.
Brasil es un equipo que fabrica muchas opciones de gol, que genera faltas cercas o dentro del área rival. Y esas ejecuciones correrán por parte de Ronaldo. Por más que Adriano esté en su peak de rendimiento. Por más que Ronaldinho llegue a tierras germanas convertido en el rey del torneo. El fenómeno ganó un títutlo similar casi sólo en instancias definitivas (semi y final de Corea-Japón 2002) y llevó al scratch a jugar una final aún estando lejos de su plenitud futbolística (Francia '98). Los tres goles que le faltan son un trámite. Lo aseguro. Pueden existir dudas al respecto y se aceptan, pero quien crea que esta disminuída figura del Real Madrid perdió su capacidad de entrar en la historia es porque carece de respeto o definitivamente ve mucha tele.