Mucho ruido, pocas nueces

Por El Fanatinche

Las estadísticas son mentirosas. Según estas, se publicó que la campaña de Jorge Pellicer es la mejor de un director técnico en la banca de Universidad Católica durante los últimos 35 años. No lo vamos a negar pero tampoco le daremos una connotación mayor. Si finalmente sólo son fríos números. Todos sabemos que esta Católica está lejos de otras como la que llegó a la final de la Libertadores en 1993.
Más alla de cualquier cifra y de que algunos detractores salgan a criticar la publicación anteriormente mencionada hay que concordar en que el elenco cruzado nos tiene con alguna expectativa para el presente torneo continental. Porque más allá de jugar bien (cosa que la UC precisamente no hace) el equipo cruzado plasma en los números una campaña perfecta, sólida y que en esta última competencia sólo sabe de triunfos.
Resulta que algunos señalan que en todos los campeonatos hay que respetar la media inglesa (victoria local, empate de visita). Eso es anticuado e irrisorio. Hay oponentes para ganar y otros con los que incluso se puede pensar en perder. Sin embargo, la UC no pierde hace rato, aún jugando contra rivales que en el papel eran casi invencibles.
No es simple lo conseguido por el equipo universitario. Hace rato que cada vez que va a Calama o El Salvador regresa con triunfos, que cuando enfrenta a los otros grandes del país los pasa por encima y que cada vez que recibe elencos extranjeros en su feudo, los despacha contundentemente. Lo que sin duda es una grata sorpresa es la capacidad mostrada por la plantilla de Pellicer para anteponerse a resultados adversos en terrenos tan hostiles como La Bombonera (empate 2 a 2 por Semifinal de Copa Sudamericana ‘05 frente a Boca Juniors) o el Pacaembú (empate 2 a 2 por la Libertadores ‘06 frente al Corinthians). Eso no lo acostumbran los elencos nacionales en canchas foráneas. Y parece un buen indicador. Cada vez que un conjunto chileno saca resultados fuera de las fronteras es porque tendrá algo importante en el horizonte. La misma UC ya alcanzó destacable performance a fines del año pasado. Pero daba la impresión de que el peak de rendimiento aún estaba por venir.
Eso es lo que esperamos. ¿Se imagina usted a la Católica en semifinales de la presente Copa Libertadores? Soñar no cuesta nada. Más si se trata de un equipo que por ahora no parece tener altibajos y aún tiene mucho por ganar. Porque hasta hora, sólo un título local, por penales y con algo de fortuna en el último aliento. Tanto esfuerzo debe verse coronado con algo. Que no se les olvide. Las estadísticas son mentirosas, menos cuando se trata de torneos ganados.