El Rey David

Por Satelito (J. C. Araneda)

¿Habrá mejor jugador chileno que David Pizarro en este momento? Valdivia puede ser, aunque su caracter de irregular lo deja al amparo de cómo se presente el partido. Fernández es habilidoso y técnico, jamás rutilante en Europa. Mak González es opción en uno de los planteles finalistas de la Champions, gran vitrina aunque sigue siendo un reserva.
"David" en cambio es pieza fundamental en la Roma, la que se tituló campéon de Copa Italia por novena vez amargando de paso al Inter de Milán y su año de ventaja deportiva tras el castigo a sus enconados rivales. Y convengamos que el porteño fue vital en la definición del título.
Tanto así que su ingreso en la final de vuelta le quitó el impetú a un Neriazzurri que venía embalado a revertir los cuatro goles de diferencia en la ida.
Más allá del hecho mismo, la decisión de Pizarro de automarginarse de la selección chilena vuelva al tapete y parece ya casi insostenible.
Cómo puede un país sin tradición futbolística renunciar de convencer a su mejor estrella que lidere su selección. Para muchos, la discusión radica en lo mal que anda el jugador vistiendo La Roja. Sin embargo, muchos olvidan que de la mano de Pizarro, Chile tuvo partidos memorables como el contra Brasil en las eliminatorias a Japón-Corea o los que conquistaron el bronce en Sydney 2000. Es discusión para otros su ubicación en la cancha. ¿Pero alguien supone que el titular de la selección en su puesto actual, Arturo Sanhueza, pese a su gran nivel en Colo Colo es más hoy que David Pizarro en el armado central?
El problema real de Pizarro es el clásico de un futbolista de primer mundo que llega a una concentración y se encuentra con costumbres dignas del toples de pueblo. Con indisciplinas y desorganizaciones tales que obedeciendo a su caracter ordenado, retraído y absorvido en el viejo mundo pondrá seguro el grito en el cielo contra los encargados de dirigir el grupo, el entrenador y los dirigentes, adjudicándose con ello cartel de conflictivo.
Viene una Copa América y cuando hay problemas para armar un equipo de figuras (es más fácil que funcionen por su experiencia y capacidad en el extranjero que por lo bien que anden en lo local) nos olvidamos del principal referente. Porque le gustan los puntos sobre las "ies", porque no acepta la casa de huifas, porque exije seriedad. Y cuando el niño travieso Mark hizo su pataletacorrieron a buscarlo.
¿No es injusto entonces que a Pizarro le cuelguen la etiqueta de problematico o poco influyente cuando es en propiedad el mejor embajador de nuestro balompie hace largo rato?. Yo creo que sí, que en el caso de ver a Borghi o Pellegrinni en la banca de la selección marcándole el camino al somnoliento de Maynne Nicholls, David Pizarro entraría a la cancha cómo se merece, con la jineta de capitán en el brazo y con un grupo de jóvenes talentosos detrás mostrando la admiración que de seguro sienten por unos de los últimos destellos del fútbol chileno de alta competencia. Es lo que debiera recibir el Enano Genio por tantos méritos y orgullos que luce en su carrera.