Danger, danger, cuidado.

Por Betinho Batista (Luis Alberto Torres).

Nada que hacer. Cuando Mayne Nicholls trajo a los encargados FIFA para el chequeo de instalaciones, la cara de vergüenza de las autoridades locales lo dijo todo.
En esta zona se viven agarrando del moño entre huachipatinos, vialinos y lilas por la popularidad y esa lucha absurda evita los temas de fondo. Hace algunas semanas, cuando Huachipato y Concepción jugaron en Higueras y Colo Colo tuvo que suspender estando programado al otro día en la misma locación hubo algunos que desviaron la atención real del asunto.
Yo hablo por este sitio y no me refiero a los demás y sus luchas absurdas. El año pasado, en la víspera de la participación acerera en la Sudamericana les pusimos la voz de alerta. Creo que fue para un partido de los locales con la "U". Se enojaron varios porque estimaban que los estábamos denostando gratuitamente. Hoy tienen la respuesta general. La comisión organizadora del mundial femenino 2008 le cerró la puerta en la cara al que aparecía como opción fija para quedarse con una sede. Higueras no cumple las condiciones mínimas para albergar un torneo internacional. Mantención que delimite el riesgo mínimo. Más bien, fue la vergüenza ajena y las normas internacionales las que dejaron al recinto siderúrgico fuera de la licitación.

Peor aún. Cuando los relatores de fútbol detallan los partidos desde el ex coloso de Avenida Collao tienden a decirle "el mundialista". Resulta que el mundialista se quedó sin mundial. El que es según algunos uno de los tres más importantes de este país tuvo muy menor dedicación en el veredicto de los organizadores de la cita futbolera global. Desde antes se supo que este gigante con tablones sueltos, marcador de palo y baños deplorables no calificaba ni siquiera para ir a una primera ronda deliberadora. Me parece injusto en relación a Higueras pues está mucho mejor mantenido, a no ser por el entorno, que en Concepción es retiro urbano y en Talcahuano es un cerro peligroso.
Ninguno calificaba y ciudades mucho más pequeñas como Chillán, Temuco, Osorno, Quillota, Calera o estadios más chicos como el de La Florida se quedaron con los partidos y la poca pero no despreciable ayuda económica para refacción. ¿Y la segunda capital de Chile, la que aporta con más equipos al fútbol profesional chileno después de Santiago, la capital del sur? Bien gracias, véanlo por la tele.
Si con este tirón de orejas no hacemos algo y presionamos de una vez por todas a la autoridad local para que financie estadios decentes, si seguimos peleando por la popularidad mayor o menor de clubes que hace rato no ganan algo, lo más seguro es que tendremos que esperar una tragedia de proporciones, algún hincha muerto, algún desprendimiento de una tribuna o un incendio de proporciones para tomar cartas en el asunto. ¿Será necesario? Yo creo que no.