Revitalizante

Por Satelito (J. C. Araneda)

Si no es por Bobadilla y un par de tapadas memorables, River conseguía hoy un triunfo histórico.

Partamos de ahí. Sin ser tremendamente superior, el equipo de Passarella se prendió otra vez en el campeonato, acortó la exhigua diferencia en las estadísticas y de paso se anotó con una victoria que dará para hablar de aquí al final de campeonato.
Entiendo ahora a la gran mayoria de lectores de este sitio que votaron por River ante la pregunta que hice a principio de semana. Es esa frase ultra utilizada: Los clásicos son clásicos y los gana cualquiera. Un mal cliché. Todos los partidos se ganan de acuerdo a una planificación correcta. Hoy se enfrentaron los entrenadores en el tablero de ajedrez verde que colorea el Barrio de Nuñez y el que no supo mover sus piezas fue Ricardo La Volpe. Tuvo que rendirse ante la mejor pizarra del Kaiser.

Si usted vio el partido recordará estos detalles. En la previa, el xenesise anunció a Franzoia y terminó jugando Dátolo. River, en cambio, suponía línea de cuatro muy defensiva y de golpe Passarella entró con Ferrari. Ya daban algunas señales. Luego, y a los pocos minutos fue el local quien empezó pegando patadas mal intencionadas, con la lesión de Dominguez se complicó, tuvo amonestados y se veía sin control. Boca careció allí de un conductor que manejar los momentos precisos. Déficit de estrategia que los millonarios demostraron con la movilidad de Higuain por derecha para desbordar a Silvestre y de Beluschi para generar fútbol. El primer gol fue de pizarrón.

La pregunta que a uno le surge es si con la salida de Basile (que siempre le ganó a Passarella) el campeón argentino perdió orden desde la banca. Porque hoy terminó jugando sin esquema, con expulsados, golpeando y en total descontrol. Cuando atacaba River llegaban en superioridad. En el gol decisivo del match, era el visistante el que tenía a su rival metido atrás. Gago arma una jugada, Palermo intenta rematar porfiada y ciégamente. Del rebote sale un contragolpe que los encontró mal parados atrás. Antes no pasaba eso. ¿Culpa de La Volpe?

Todos hablaban de lo importante que fue Higuaín, la figura de la cancha. Yo creo que el ex Newell's Fernando Beluschi se comió el partido, que fue el más gravitante de todos, se le hizo chica la presión del Superclásico, entregó asistencias, fue intratable y su rival no supo marcarlo. Un problema para el entrenador xeneise porque todos sabíamos como jugaba el millonario y no fue capaz de imponer su mejor plantel.
Una discusión de Barros Schelotto en la banca durante el final del partido daba a entender que Boca empieza a quebrarse por dentro. Ya no hay confianza, hoy cayeron sin apelación y estuvieron lejos de aquél equipo aplicado que mataba en los momentos justos. Algo de Bobadilla, de Palacio (un gol de su sello), buenos cruces de Morel y la calidad de Fernando Gago. El resto no hizo mucho.

La pregunta que queda es si Boca tendrá poder de recuperación. No sólo perdió el invicto ante su más enconado rival. Hoy no tuvo poder de recuperación. Si sigue así como mostró en la primera etapa frente a Velez y Nacional o en la segunda de hoy, la punta del torneo lamentablemente le deberá durar poco.

¿Y River? Es tan irregular que nunca se sabe. Esta semana por lo menos, sonríe merecidamente.