Crónica de una transferencia anunciada

Por Futbolero Mayor (Hugo Merino N.)

Más allá de las siderales cifras, lo de Matías Fernández en el Villarreal tiene sus otros alcances. Significa que la dirigencia de Blanco y Negro da otro golpe a la cátedra en materia de mostrar cuál es el camino. Cuando se cayó la operación hace algunos meses, ya era para pensar que los más rudos empresarios insertados en la negociación apelaron a un factor innegable. El ruido. Por debajo, se sabía que el interés por Fernández no disminuiría. Lo que hicieron en Villarreal fue monitorear su avance sin dejar que el valor de disparara. Inteligente medida.
Finalmente, el muchacho de La Calera (por más que los hinchadores arribistas de Fox Sport digan que es argentino) jugará en Europa. Y a los 20 años. No se perderá como Valdivia u otros tantos que no se fueron por el regodeo absurdo de los dirigentes nacionales incapaces de vender un jugador de primer nivel pero en un fútbol de segunda categoría.
La hicieron bien en Colo Colo. En Rusia hubiera fracasado porque jamás se habría adaptado a un juego de choque, de trazos largos, de muy poca destreza técnica. Un jugador como Fernández es mucho para una liga tan mediocre como la rusa. Tenía que llegar a una de primer nivel como la argentina o la española.
Dicen que el hecho que su entrenador sea chileno tuvo que ver en la transacción. Fernández es un verdadero crack y seguramente llega por pergaminos propios. Sin embargo, el equipo es el mejor donde el jugador pueda rendir porque hay muchos latinoamericanos en el plantel, porque hay una filosofía de juego similar y porque no hay un futbolista con las características del “Mati” en el plantel. Con Riquelme en la mitad y marcando su cambio de ritmo tiene todo para convertirse en un destello de la liga hispana, más cuando alineará en uno de los clubes más importantes.
Sólo un detalle que me parece innegable. Si Fernández tuviese pasaporte comunitario sería entendible que lo lleven. No lo tiene y entonces ocupará un lugar que sólo está reservado para los mejores. Para que vayamos dimensionando los reales alcances de la histórica transacción.