Las alturas de "Mucho Pecho"
Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)
Se acabó la Libertadores para los chilenos. Algunos volaron alto, como el Audax. Otros, con más suerte que fútbol tuvieron en esta edición más cartel mediático que juego desplegado en la cancha. Lo de Colo Colo hoy en Cuidad de Méjico rayó en lo bochornoso. Bastaron 30 minutos para que en la banca alba empezaran a mirar el reloj esperando el viaje de regreso.
No hay que ser tan drástico. Cualquiera que supiera de esto tiene claro que es más incómodo para un equipo chileno dapatarse a la altura que para un azteca superar el frío capitalino. Por lo mismo es tremendamente fácil planificar una llave como la que enfrentaba Colo Colo en octavos. O enfrenta porque aún tiene aire, aunque a ratos éste se les haya acabado en el duelo frente a las Aguilas.
O Luis Fernando Tena conocía en demasía el sistema de Borghi -lo que no es raro, considerando que el cacique sólo enfrentó rivales de mejor buen nivel en ese país por la Sudamericana- o a los chilenos les pasó la cuenta la suma de partidos y las dudas que presionan al grupo de cara a lo que les viene. Si me dicen que en el seno del campeón nacional hay tranquilidad por la alarmante sobrecarga de partidos es infructuoso intento por maquillar un karma. El tema es tan recurrente como digno de fantasma omnipresente.
Fue tan evidente la manera en que el América sobrepasó las dos primeras líneas del planteamiento albo que por minutos uno pensaba que perder por dos a cero era una "verdadera ganga". Los pudieron y debieron haber goleado en el primer tiempo. Sin físico ni oxígeno, la oncena del Bichi miraba como entre Cuauthémoc Blanco, Villa, Mendoza y Cabañas les llegaban por todos lados, los ahogaron y de no ser por Cejas -que igual regaló el primer gol- los mandaban al descanso con tres o cuatro goles en la cuenta en contra.
Leyendo declaraciones de Borghi, lo que más lamenta es no anotarse un gol a favor como forastero. Era el mejor premio de consuelo a una noche funesta, una de esas en que el resultado de una eliminatoria de 180 minutos parece estar sentenciada en 90. Aunque quedan 90 y en el fútbol nunca se sabe, yo diría que a Colo Colo, como en sus últimas tres apariciones internacionales, se le apareció otro buey chingón que le hizo la mejicana a sus ilusiones...
Se acabó la Libertadores para los chilenos. Algunos volaron alto, como el Audax. Otros, con más suerte que fútbol tuvieron en esta edición más cartel mediático que juego desplegado en la cancha. Lo de Colo Colo hoy en Cuidad de Méjico rayó en lo bochornoso. Bastaron 30 minutos para que en la banca alba empezaran a mirar el reloj esperando el viaje de regreso.
No hay que ser tan drástico. Cualquiera que supiera de esto tiene claro que es más incómodo para un equipo chileno dapatarse a la altura que para un azteca superar el frío capitalino. Por lo mismo es tremendamente fácil planificar una llave como la que enfrentaba Colo Colo en octavos. O enfrenta porque aún tiene aire, aunque a ratos éste se les haya acabado en el duelo frente a las Aguilas.
O Luis Fernando Tena conocía en demasía el sistema de Borghi -lo que no es raro, considerando que el cacique sólo enfrentó rivales de mejor buen nivel en ese país por la Sudamericana- o a los chilenos les pasó la cuenta la suma de partidos y las dudas que presionan al grupo de cara a lo que les viene. Si me dicen que en el seno del campeón nacional hay tranquilidad por la alarmante sobrecarga de partidos es infructuoso intento por maquillar un karma. El tema es tan recurrente como digno de fantasma omnipresente.
Fue tan evidente la manera en que el América sobrepasó las dos primeras líneas del planteamiento albo que por minutos uno pensaba que perder por dos a cero era una "verdadera ganga". Los pudieron y debieron haber goleado en el primer tiempo. Sin físico ni oxígeno, la oncena del Bichi miraba como entre Cuauthémoc Blanco, Villa, Mendoza y Cabañas les llegaban por todos lados, los ahogaron y de no ser por Cejas -que igual regaló el primer gol- los mandaban al descanso con tres o cuatro goles en la cuenta en contra.
Leyendo declaraciones de Borghi, lo que más lamenta es no anotarse un gol a favor como forastero. Era el mejor premio de consuelo a una noche funesta, una de esas en que el resultado de una eliminatoria de 180 minutos parece estar sentenciada en 90. Aunque quedan 90 y en el fútbol nunca se sabe, yo diría que a Colo Colo, como en sus últimas tres apariciones internacionales, se le apareció otro buey chingón que le hizo la mejicana a sus ilusiones...
8 Comments:
Ahora... el desmantelamiento de un sueño no más, jajaja
Pésimo Colo Colo, no mostró nada de nada, difíicl la vuelta, yo creo que quedó fuera, de pasar sería para morir en brasos del Santos, no tiene nivel internacional
Pesimo Colo Colo
Pero, y aunque suene a lugar comun, quedan 90 min. y con el equipo de Borghi nunca se sabe
QUE LINDO ES SER DE COLO COLO Y NO CAMBIAR DE EQUIPO TODAS LAS SEMANAS.
AHORA NOS DICEN QUE EL TRI ES UNA BASURA HAHAHA Y SALVO MAGALLANES NADIE MAS LO LOGRÓ.
equipos chicos
Andaban ahogados, debe haber sido la altura, cuando les llegaban al principio del partido ni marcaban. Yo creo que están liquidados también.
No entendí el título
Escucha Las alturas del Macchu Pichu, gil...
Cuando estás creído inflas el pecho. Te mando un folleto al mail.
Jajaja, no peleen hombre.
Me gustó el América. Un equipo super vertical, sin mucho traslado. Mató a Colo Colo con su propia receta de triunfo.
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