Esa "loca" obsesión
Por El Fanatinche (Ricardo Pinto Neira)
Bielsa aún no pisa suelo chileno como nuevo entrenador de la selección y ya existen alineaciones probables, candidatos a jugar, análisis futboleros y hasta ilusas proyecciones de una transformación absoluta de las bases del balompié criollo. ¿Qué locura, no?
Como para entender que acá, el deporte no sólo falla en la cancha. El entorno, casi siempre ignorante, lo termina ensuciando, el mentado mal ambiente que para el mismo rosarino se hizo insostenible al otro lado de la cordillera en su momento más difícil.
Cabe la pregunta entonces. ¿Es el Loco Bielsa el indicado para este momento de desorden, impericia y supuesto "farreo" de una generación dorada?
Las cosas en su lugar. Desde que tengo uso de razón, en Chile hubo generaciones doradas. La del '82 con Santibáñez, la del '89 con Orlando Aravena, la del '91 con Salah, la del '93 sub 17 con Véliz, la del '98 con Acosta... Insluso las anteriores y que uno, por edad sólo conoció por los archivos de la Revista Estadio. Todas hermanadas por un denominador común. Nunca ganaron algo y siempre quedaron en el camino marcadas por un detalle más que por la generalidad. Que el penal de Caszely, que el corte turbio de Roberto Rojas, que la disputa de egos entre Salas- Zamorano, que nos tocó muy luego contra el mejor y tal... Era más fácil decir que somos malos y que nunca ganamos. Es más honesto, menos engorroso y hasta elimina el factor ansiedad del todo.
Por eso me niego a pensar que el salvador del fútbol chileno se llame Marcelo Bielsa, rehuyo de aquellos -que ven esperanzados en su llegada- apostadores de como la farándula saldrá del fútbol, de como habrá una reestructuración total y definitiva -de la que hablan connotados periodistas-, que Chile alcanzará el esquema definitivo que en toda su historia jamás determinó, que por fin los jóvenes serán la base de nuestro equipo nacional, etcétera. El paraíso de la falacia inculta.
No nos veamos la suerte entre gitanos... Vivimos en el desorden y el doble estándar y nos acostumbramos a él, nos movemos bien en él. SQP seguirá entrevistando a Vidal, las modelos seguirán colgándose del goleador de moda, el público seguirá creyendo que somos los mejores si ganamos uno y los peores si perdemos otro, los periodistas harán bolsa el discurso del argentino si es que no se traduce en resultados porque en las letras entenderán nada como con Olmos, en fin. Es tan probable como que sigamos viendo la confusión de esquemas, esa que nació, se inculcó y permanecerá mientras Borghi, Salah, Sulantay o Pellegrinni tengan mayor o menor éxito con los suyos jugando tan distinto en la estrategia pactada...
Marcelo Bielsa es un entrenador de fútbol. Nada más y nada menos que eso. Uno de los caros, de los estudiosos, de los que tiene curriculum y que impuso su manera de trabajar y jugar más allá del éxito o del fracaso, como sus connacionales Menotti, Bilardo. Bianchi o Basile en su momento. De los fieles a una escuela. No se viene a contagiar de nada ni viene a entregarnos fondos de ninguna ciencia perfecta. Su función es clasificar -en el puesto que sea- al mundial de Sudárica 2010. Ni trabajo con menores, ni transformación en inferiores, ni estilos distintos. Una labor tan específica como difícil.
El único mérito de tanto suceso es que precisamente sea la directiva de uno de los países más desprestigiados a nivel internacional la que convenza a este virtuoso para volver a calzarse un buzo. Y hasta por ahí no más... Más bien es un jugada maestra de marketing, el mismo que auspicia la llegada del estratega. Una movida de imagen made in ANFP.
Tengo que hermanar el caso con el de Bonvallet, sobretodo en eso del mito conciente que genera este tipo de personajes. Al Loco le quedaban menos opciones, en su país hay un recambio encabezado por Russo y Simeone que podía dejarlo en el olvido. Era ahora o nunca.
Muchos esperaban de vuelta a Bielsa, los mismos que detestaron por años su manera de ser hoy aplauden extrañamente su regreso al primer plano de la competencia y lo ven como un Dios salvador de un muerto en vida, uno que goza de buena salud pero no logra ponerse de pie.
Yo tengo todas las aprehensiones del mundo. Si Borghi, el dicharachero de siempre -no debo desmentir nada como lo pide Cristóbal Araneda, a mi me dijeron desde fuentes internas al club popular que Borghi estaba "listo y conversado" por Mayne Nicholls, los medios lo saben y el factor Carpengianni lo conoce el universo futbolero-, tuvo conatos o altercados con reporteros de diarios del montón, Bielsa se va a ganar enemigos. Más si no es de entrar en la dinámica de discusión justo trabajando en un país donde todos opinan y difieren con ello la visión básica del espectador medio. El único garante del entrenador trasandino será el triunfo. Yo lo veo con reticencia, no a él, sino a la respuesta de su entorno.
Más que contarles cómo juega, es claro que el flamante DT de la Roja ocupará futbolistas desechados por la era Acosta, que se marginaron solos o que no tenían cabida en un esquema que siempre propendió defenderse más que atacar al rival.
No tengo dudas que David Pizarro vendrá a ponerse a las órdenes, que Mirosevic y tantos otros tendrán opciones de jugar aunque estén en el club más chico de Israel, que los que juegan en Argentina tendrán más cabida -bien por Figueroa y Chamagol González-, que Waldo Ponce será el patrón que nadie más ha usado en la zaga, que jamás volveremos a ver tríos mágicos de mentira y muchas otras cosas más, que con gente como Bielsa se van de cajón. Ete tipo es serio, es "de verdad".
¿Pero milagros? No. La Roja no tiene el peso histórico de la albiceleste, este país no tiene la cantidad de figuras internacionales que hay al otro lado de Los Andes, Ecuador, Perú y Uruguay seguirán con sus procesos, independiente de que Chile avance o no en el suyo, la clasificación a Sudafrica sigue siendo una meta difícil, un camino pedregoso, de largo y costoso aliento. No diga que no le avisamos...
Bielsa aún no pisa suelo chileno como nuevo entrenador de la selección y ya existen alineaciones probables, candidatos a jugar, análisis futboleros y hasta ilusas proyecciones de una transformación absoluta de las bases del balompié criollo. ¿Qué locura, no?
Como para entender que acá, el deporte no sólo falla en la cancha. El entorno, casi siempre ignorante, lo termina ensuciando, el mentado mal ambiente que para el mismo rosarino se hizo insostenible al otro lado de la cordillera en su momento más difícil.
Cabe la pregunta entonces. ¿Es el Loco Bielsa el indicado para este momento de desorden, impericia y supuesto "farreo" de una generación dorada?
Las cosas en su lugar. Desde que tengo uso de razón, en Chile hubo generaciones doradas. La del '82 con Santibáñez, la del '89 con Orlando Aravena, la del '91 con Salah, la del '93 sub 17 con Véliz, la del '98 con Acosta... Insluso las anteriores y que uno, por edad sólo conoció por los archivos de la Revista Estadio. Todas hermanadas por un denominador común. Nunca ganaron algo y siempre quedaron en el camino marcadas por un detalle más que por la generalidad. Que el penal de Caszely, que el corte turbio de Roberto Rojas, que la disputa de egos entre Salas- Zamorano, que nos tocó muy luego contra el mejor y tal... Era más fácil decir que somos malos y que nunca ganamos. Es más honesto, menos engorroso y hasta elimina el factor ansiedad del todo.
Por eso me niego a pensar que el salvador del fútbol chileno se llame Marcelo Bielsa, rehuyo de aquellos -que ven esperanzados en su llegada- apostadores de como la farándula saldrá del fútbol, de como habrá una reestructuración total y definitiva -de la que hablan connotados periodistas-, que Chile alcanzará el esquema definitivo que en toda su historia jamás determinó, que por fin los jóvenes serán la base de nuestro equipo nacional, etcétera. El paraíso de la falacia inculta.
No nos veamos la suerte entre gitanos... Vivimos en el desorden y el doble estándar y nos acostumbramos a él, nos movemos bien en él. SQP seguirá entrevistando a Vidal, las modelos seguirán colgándose del goleador de moda, el público seguirá creyendo que somos los mejores si ganamos uno y los peores si perdemos otro, los periodistas harán bolsa el discurso del argentino si es que no se traduce en resultados porque en las letras entenderán nada como con Olmos, en fin. Es tan probable como que sigamos viendo la confusión de esquemas, esa que nació, se inculcó y permanecerá mientras Borghi, Salah, Sulantay o Pellegrinni tengan mayor o menor éxito con los suyos jugando tan distinto en la estrategia pactada...
Marcelo Bielsa es un entrenador de fútbol. Nada más y nada menos que eso. Uno de los caros, de los estudiosos, de los que tiene curriculum y que impuso su manera de trabajar y jugar más allá del éxito o del fracaso, como sus connacionales Menotti, Bilardo. Bianchi o Basile en su momento. De los fieles a una escuela. No se viene a contagiar de nada ni viene a entregarnos fondos de ninguna ciencia perfecta. Su función es clasificar -en el puesto que sea- al mundial de Sudárica 2010. Ni trabajo con menores, ni transformación en inferiores, ni estilos distintos. Una labor tan específica como difícil.
El único mérito de tanto suceso es que precisamente sea la directiva de uno de los países más desprestigiados a nivel internacional la que convenza a este virtuoso para volver a calzarse un buzo. Y hasta por ahí no más... Más bien es un jugada maestra de marketing, el mismo que auspicia la llegada del estratega. Una movida de imagen made in ANFP.
Tengo que hermanar el caso con el de Bonvallet, sobretodo en eso del mito conciente que genera este tipo de personajes. Al Loco le quedaban menos opciones, en su país hay un recambio encabezado por Russo y Simeone que podía dejarlo en el olvido. Era ahora o nunca.
Muchos esperaban de vuelta a Bielsa, los mismos que detestaron por años su manera de ser hoy aplauden extrañamente su regreso al primer plano de la competencia y lo ven como un Dios salvador de un muerto en vida, uno que goza de buena salud pero no logra ponerse de pie.
Yo tengo todas las aprehensiones del mundo. Si Borghi, el dicharachero de siempre -no debo desmentir nada como lo pide Cristóbal Araneda, a mi me dijeron desde fuentes internas al club popular que Borghi estaba "listo y conversado" por Mayne Nicholls, los medios lo saben y el factor Carpengianni lo conoce el universo futbolero-, tuvo conatos o altercados con reporteros de diarios del montón, Bielsa se va a ganar enemigos. Más si no es de entrar en la dinámica de discusión justo trabajando en un país donde todos opinan y difieren con ello la visión básica del espectador medio. El único garante del entrenador trasandino será el triunfo. Yo lo veo con reticencia, no a él, sino a la respuesta de su entorno.
Más que contarles cómo juega, es claro que el flamante DT de la Roja ocupará futbolistas desechados por la era Acosta, que se marginaron solos o que no tenían cabida en un esquema que siempre propendió defenderse más que atacar al rival.
No tengo dudas que David Pizarro vendrá a ponerse a las órdenes, que Mirosevic y tantos otros tendrán opciones de jugar aunque estén en el club más chico de Israel, que los que juegan en Argentina tendrán más cabida -bien por Figueroa y Chamagol González-, que Waldo Ponce será el patrón que nadie más ha usado en la zaga, que jamás volveremos a ver tríos mágicos de mentira y muchas otras cosas más, que con gente como Bielsa se van de cajón. Ete tipo es serio, es "de verdad".
¿Pero milagros? No. La Roja no tiene el peso histórico de la albiceleste, este país no tiene la cantidad de figuras internacionales que hay al otro lado de Los Andes, Ecuador, Perú y Uruguay seguirán con sus procesos, independiente de que Chile avance o no en el suyo, la clasificación a Sudafrica sigue siendo una meta difícil, un camino pedregoso, de largo y costoso aliento. No diga que no le avisamos...
15 Comments:
pienso igual a ti, este tipo no viene a ser el salvador, pero no es un entrenador dementira que inculca miedo a sus jugadores antes de entrar al partido, no le va a pasar lo mismo que le paso a sulantay donde sus jugadores entraron derrotados, quizas veamos otra actitud que me gustaria mucho, y que se olvide de los potencias, de los jugadores que vienen de vuelta, quiero ver una defensa conformada por ponce riffo y vidal, los mejores y que tienen mas clase en chile.. quiero ver a un pizarro siendo capitan, un fernandez poniendose a punto que no dudo qeu este año si estara en mejores condiciones, un suazo, un villanueva, alexis sanches, uff material tenemos... solo falta que alguien pueda darles las ordenes correctas, y creo que este tipo si puede... pero como dices tu MILAGROS NO HACE.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Si no puede Bielsa, no puede nadie, juajuajuajua. Habría que rescucitar al Zorro Alamos no mas
Verdad. Milagros no hace y eso estamos todos de acuerdo. Creo que el gran punto con Bielsa es que era el mejor del lote propuesto, sobre todo por el tema de la disciplina.
¿Si le tengo fe al gallo este?... si, especialmente porque la experiencia indica que no tiene regalones en sus equipos... se acabaron los niñitos mimados... y en este caso, prefiero seguir perdiendo con giles malos pero esforzados, que con giles malos, inventados por la pulenta prensa local, pero tirados a grande...
Me tinca que, al principio sobre todo, la relación será super problemática, cuando mande con justicia a varias "estrellas" a la chucha... justamente donde varios queremos hace rato que las envíen... (especialmente a los borrachines, guatones y puteros... que son varios)
Saludos.
Me sumo al apoyo respecto a tu comentario: Bielsa es solo un entrenador de futbol, no un milagrero.
El futbol chileno tiene problemas de base, que no se solucionan con un técnico reconocido trabajando 40 dias con la Roja.
Además, el debut es el peor esperado: contra Argentina en Baires.
Dos partido le doy a Israel y Bianchi pa estarlo pelando como malos de la cabeza, ajajajaja.
A este loco si que no lo van a entender.
ceratiego,
no puedes pedir peras al manzano.. o sea pedir que israel hable de futbol es un logro de otro mundo!! ahora que ademas entienda a bielsa??? o sea.. no seas iluso...
Esto es un sistema, como todo. Les explico.
Ingreso, proceso, salida.
La salida es el resultado. Al termino de las eliminatorias veremos la salida = resultado.
lo que nos permitiria una retroalimentación (cosa que nunca hemos hechos..)
Vamos mierda que se puede!!!!!!!!
Que es weon el Jano, jajaja, dale con Bianchi y Israel.
Y llegó este loco, me tinca que la va a romper en Chile. Vamos todavía!!!
Salvador del fútbol chileno no es. Pero lo que sí me alegra es que no es de la familia de los acostas, garceses, cavallieris, aravenas, santibáñeces y azkargortas que no han logrado demasiado.
En este sentido, un cambio es positivo. Al menos para dejar de estar donde estábamos y empezar a mirar para arriba.
Saludos.
Que bueno que todos le tengan fe, por lo menos promete que tendrá actitud y que si los centros le salen mal a Mark González, en vez de tratarlo como figura, va a parar el entrenamiento hasta que tire una pelota bien.
Ayer le bastó una sola conferencia de prensa para comerse con zapatos "a la prensa especializada" chilena.
Que tenga suerte, a todos nos sirve que le vaya bien.
Acá en la U andan todos los weones que estudian periodismo tratando de traer a giles para que hagan charlas del efecto Bielsa.
A quien le importa, si no gana, se hunde pa siempre el gil este.
mi opinion es basicamente la misma, ojala que no sea esa wea eterea llamada "medio futbolistico" el que termine por sepultar la gran chance que tenemos, poniendole carteles de salvador o revolucionario a un tipo que es un gran dt, pero no un dios todopoderoso.
igual, esta claro que lo van a terminar juzgando no pr sus conceptos, su inteligencia, sus futboleras ruedas de prensa, sino que lisa y llanamente por sus resultados.
Muchachos: Los felicito por este blog. Los prefiero comentando fútbol. Ahí "la llevan". De verdad es para seguirlos...pero cuando entran en el "pelambre" a los medios...caen bajo. Sigan para arriba...pero con fútbol.
Clasificaremos o será parafernalia pura???
Por lo menos llama a Salas y a Pizarro de vuelta a la seleccion. Jugará Ponce, Riffo, pondrá a Rieloff y le enseñará a jugar como lateral, es decir, está trabajando bien.
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